golpe de estado fallido en turquía 3 El avión de Erdogan estuvo en el punto de mira de dos cazas

La purga se propaga también a la Policía

  • 8.500 agentes son suspendidos por el Gobierno por su vinculación con la asonada Relevados cientos de funcionarios turcos de sus cargos

Las consecuencias del golpe de Estado fallido en Turquía del pasado viernes continúan entre los estamentos más relevantes del país otomano. Tras las detenciones múltiples de militares y jueces, el Ministerio del Interior anunció ayer que ha suspendido a 8.513 oficiales de la Policía y la Gendarmería, un cuerpo policial militarizado, por su supuesta relación con la asonada, según informó ayer el diario Hürriyet en su edición electrónica.

La lista de los agentes suspendidos fue enviada a las provincias y los policías afectados fueron llamados ya a las direcciones de seguridad provinciales, donde tuvieron que entregar sus armas y sus identificaciones. Entre los miembros de la Gendarmería afectados por esta medida se cuentan 11 generales y 61 coroneles. El operativo se produce con motivo de las investigaciones, detenciones y suspensiones de posibles golpistas en el Ejército, la Judicatura y la Policía. Además, fue suspendido un gobernador provincial, 29 ex gobernadores, que ocupan cargos simbólicos en la Administración regional, y 47 responsables de distritos.

También fueron relevados de sus cargos cientos de funcionarios, desde registradores de la propiedad a asesores judiciales e incluso conserjes. Además, la Policía detuvo a 103 generales, casi un tercio del total, y a almirantes de las Fuerzas Armadas turcas bajo la acusación de haber estado involucrados en la asonada, informa la agencia Anadolu. La cifra supone casi un tercio de los 356 generales y almirantes que componen la cúpula de las Fuerzas Armadas.

No es la primera vez que la Policía turca vive una purga de este tipo, ya que en los pasados dos años el Gobierno turco venía ordenando suspensiones masivas, dirigidas contra supuestos seguidores del predicador conservador Fethullah Gülen.

El primer ministro turco, Binali Yildirim, señaló ayer en un discurso televisado que han sido detenidas más de 7.500 personas, entre ellas, unos 6.000 militares, 100 policías, 755 jueces y fiscales, así como 650 civiles. Según el último balance, en total murieron 208 personas que se resistieron al golpe, entre ellos, tres soldados, 60 policías y 145 civiles, mientras que 1.491 personas resultaron heridas. Además, fallecieron 24 soldados golpistas y 50 resultaron heridos, precisó el primer ministro.

Asimismo, ayer se conoció que el presidente turco, Tayyip Erdogan, estuvo a punto de no llegar a Estambul durante el golpe de Estado. El avión en el que regresaba tras unos días de vacaciones en Marmaris estuvo en el punto de mira de dos cazas F-16 controlados por los golpistas que finalmente decidieron no derribarlo.

"Al menos, dos F-16 acosaron al avión de Erdogan cuando estaba en vuelo de camino a Estambul. Centraron sus radares en su avión y en los otros dos F-16 de escolta", reveló un ex militar. "Es un misterio por qué no dispararon". Un alto cargo turco confirmó en declaraciones a Reuters bajo la condición de anonimato que el avión de Erdogan fue acosado por dos cazas F-16 en su ruta desde el aeropuerto de Dalaman al de Estambul. Otro alto cargo admitió igualmente que el avión presidencial "tuvo problemas durante el vuelo", pero no quiso dar más detalles.

Paralelamente, el Gobierno griego quiere evitar un conflicto diplomático con Turquía tramitando lo antes posible la extradición de los ocho oficiales del Ejército que huyeron el sábado a Grecia en helicóptero. El Ejecutivo espera que se pueda aplicar una vía rápida para rechazar el asilo a los oficiales escapados y que puedan ser devueltos a su país.

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