La infanta Elena afronta en la actualidad una de las situaciones más difíciles de su vida. No son buenos momentos para la hija mayor de los Reyes, a quien la separación de Jaime de Marichalar le está dando más de un quebradero de cabeza. Cuando quedan pocos días para que se cumpla un año del cese temporal de su convivencia matrimonial -el próximo día 13-, en las últimas semanas ha vivido su peor pesadilla a raíz de un reportaje publicado por la revista Época.

La polémica se desató cuando esta publicación aseguró que doña Elena podría alegar desconocimiento del consumo ocasional de cocaína por parte de Jaime de Marichalar para su separación, que podría derivar en divorcio o nulidad eclesiástica. El director de comunicación de la Casa Real, Juan González Cebrián, aseguró al respecto a través de un comunicado que "la noticia está fuera de lugar. Utiliza un rumor para desarrollar una tesis. Lo que equivale a negar esa información". A última hora de ese mismo día, 26 de septiembre, la infanta Elena y Jaime, a través de sus abogados, emitieron un comunicado conjunto desmintiendo la información de Época y la solicitud de un proceso de nulidad y de divorcio.

Elena se ha refugiado en sus hijos, Froilán y Victoria Federica, y no quiere que la situación les afecte. Pese a todo, los niños reflejan cierta tristeza en sus caras, especialmente Froilán, un niño travieso y risueño que parece haber madurado de repente.

La infanta está preocupada por ellos y también porque su relación con Jaime es cada vez más tensa. Desde su ruptura, nunca han dado muestras de una relación cordial, pero últimamente parece más fría aún. El duque no entra en casa de Elena cuando le entrega a los niños ni tampoco se le ve compartir ninguna jornada en familia.

A esto se le suman todos los cambios a los que ha tenido que enfrentarse últimamente. Fue ella la que dejó el domicilio conyugal y, tras pasar por una casa de alquiler, está a punto de mudarse a otra vivienda con sus hijos. Además, acaba de iniciar una etapa profesional en la Fundación Mapfre. Elena quiere resolver de una vez su situación económica con Jaime -que al parecer percibe un millón de euros al año por sus diferentes cargos- y obtener una pensión legal para sus hijos.