Juan Carlos Iglesias. Grupo Iglesias

"Comer bien en un restaurante ya no es suficiente"

  • Los hermanos Iglesias se unieron a los Adriá y cuentan con diez restaurantes en Barcelona

  • En Madrid abrirán en otoño 'Las chicas, los chicos y los maniquís'

Juan Carlos Iglesias en una de las mesas de Bellavista del Jardín del Norte.

Juan Carlos Iglesias en una de las mesas de Bellavista del Jardín del Norte. / fotos: e-s-

La frase del titular de esta página en concreto no es del propio Juan Carlos Iglesias, sino de Ferrán Adriá. Cuando ambas familias se unen en 2007 para crear Tickets en la zona del Paralelo barcelonés, el creador de El Bulli acuña ese concepto que va más allá de comer bien. En un restaurante el comensal ha de vivir un experiencia, verse envuelto en una historia. Comer bien está bien. Pero no es suficiente. La calidad se da por supuesto y la elaboración, también. Juan Carlos hizo también suya la frase. "Si pensamos por qué hacemos las cosas, los nuevos proyectos, más que una meta es que estamos disfrutando del camino. Nos divertimos, aprendemos y vamos hacia adelante. No tengo intención de llegar a ningún lado y disfruto menos de lo que debería", resume Iglesias. Juan Carlos y sus hermanos Borja y Pedro tomaron el negocio familiar, la marisquería Rías de Galicia, un restaurante tradicional barcelonés abierto en 1986. Los Adriá eran clientes asiduos, admiradores de sus productos, y de la amistad surgió esa unión empresarial.

"Montamos Tickets pensando que con el apellido Adriá iba a llamar la atención, pero no esperábamos lo que íbamos a conseguir". Tickets encabeza El Barri, los restaurantes del grupo con el sello Adriá en la zona del Paralelo, conformado por discípulos, Pakta, Bodega 1900, Hoja Santa, Niño Viejo y la coctelería 41º. El último en incorporarse ha sido Enigma, resultado personal de Albert Adriá y continuador directo de la labor vanguardista en El Bulli.

"Con los Adriá cambias la mentalidad, todo el trabajo puede ser creativo y cada restaurante tiene su historia. No es sólo una carta o una decoración", explica Iglesias, que acaba además de concluir su primera novela como escritor. La vida es toda creatividad y pasión, aunque en el caso de los restaurantes a la imaginación hay que unir una sincera mentalidad de negocio. "La gente no está ganando para mover la economía, sino para subsistir", señala Iglesias sobre la situación económica de España pese a los datos esperanzadores. "La gente no ha recuperado el poder adquisitivo y no puede tener un nivel de vida sofisticado. En los últimos años las empresas se han ido montado con la mentalidad de no perder dinero". Analiza que el ticket medio casi se ha perdido y que es una osadía mantener un grupo de restaurantes de primer nivel.

Los Iglesias ahora dan su paso a Madrid, abriendo en otoño en la calle Atocha su primer restaurante, Las chicas, los chicos y los maniquís. Un guiño a la Movida, con un ambiente divertido unido a una gastronomía internacional refinada. "Tenemos que seguir expandiéndonos porque tememos que entonces nos pase como en el Imperio Romano, que te vienes abajo. Cuanto más creces mejores profesionales necesitas y esos profesionales se pagan abriendo más negocios", argumenta Iglesias. Espai Kru, Cañota o Bobo Pulpín fueron otros de los locales abiertos en estos años, en la línea autónoma respecto a los Adriá.

Antes del restaurante de Madrid el grupo abrió el pasado verano en Barcelona el Bellavista del Jardín del Norte. En este caso otras amistades se convirtieron en socios. Los también propietarios de este local que recrea un pueblo, con su barbería, su colmado o su plaza mayor, son los hermanos Leo y Rodrigo Messi.

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