Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Perú, Uruguay, Venezuela. Y España. Una identidad en la Cultura. El Festival de Cádiz explica muy bien lo que somos: un acervo común, pero sobre todo un presente y un futuro compartidos. El FIT sirve para eso, para poder asomarnos unos a otros, para mirarnos. Para saber quiénes somos. Somos, en presente.

La Cultura, que nos une, encuentra a veces la dificultad de la distancia. El FIT consigue estirar desde Cádiz la piel de España para tocar el otro continente, para acercarnos a lo que está pasando: para mostrar ese panorama lleno de vida que es, pese a todas las dificultades económicas, el teatro de América. Para que la distancia se convierta en plaza pública.

¿Por qué ha llegado a ser un referente para el mundo del teatro? Cádiz es las calles de Cádiz, es decir, lugar para el encuentro. Cádiz es muchos foros para el debate y la reflexión. Cádiz es memoria y homenaje para los que han construido décadas de cultura común. Cádiz no es sólo una treintena de excelentes espectáculos, aunque también es eso: la máxima calidad sobre los escenarios. Cádiz supone siempre descubrimientos y regresos. Cádiz, este año, nos devuelve a compañías que llevan en sus zapatos toda la historia del teatro reciente americano, como Actoral 80 y La Zaranda; nos devuelve a dos grandes del presente argentino que ya parecen imprescindibles en la cartelera española, como Veronese o Tolcachir; y a tres tesoros de nuestro idioma, como Puig, Quiñones y Roberto Arlt; nos enseña que el teatro iberoamericano está vivo porque no tiene límites, porque respira con todos los textos de todos los tiempos: Ibsen, Carroll, Homero, Swift, Camus, Moliére, Petronio, Shakespeare, Lope, Beckett... y hasta se permite el lujo de presentar por primera vez en nuestro país una obra del alemán Schimmelpfennig en español, en el bello español de México.

El INAEM del Ministerio de Cultura trae a Cádiz el trabajo de dos de sus centros: por una parte, el Museo del Teatro ofrece la exposición preparada por Andrés Peláez sobre la moda y los clásicos; por otra, Nacho Duato presentará tres de sus coreografías con la Compañía Nacional de Danza. Hemos mencionado el debate y la reflexión: ahí está el importante encuentro de mujeres, que el año pasado cumplió doce años. Hemos mencionado la memoria, el homenaje: ahí estará, digna, valiente, la colombiana Patricia Ariza. La creadora -en 1966, quien firma estas líneas estaba aprendiendo a andar- del histórico Teatro de la Candelaria ha vivido, hace algunos meses, una situación difícil con orgullo de artista y de ciudadana. Esperamos que el homenaje de Cádiz, que lo es del mundo del Teatro, le diga a Patricia que no está sola, que no deje de trabajar sobre las heridas de nuestra sociedad.

El Ministerio de Cultura fue impulsor en 1985 de la creación de este Festival. Para nosotros es un motivo de orgullo seguir siendo su primer pilar en lo económico y seguir formando parte de su patronato, junto con el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, la Junta de Andalucía, la Diputación, la Universidad y el Ayuntamiento de Cádiz. Con ser fundamental la colaboración entre instituciones que se verifica en este Patronato, falta decir que el Festival cuenta con el apoyo de todo el tejido social de esta ciudad que, por unos días, se convierte en el espejo donde podemos mirar nuestra realidad. Una realidad que no está completa si no se miran juntos dos continentes.