Peregrinación a la Aldea Almonteña

Los rocieros de El Puerto saldrán este miércoles a las ocho desde la parroquia de San Joaquín

Los rocieros de El Puerto, saliendo hacia Sanlúcar en la peregrinación de 2019.

Los rocieros de El Puerto, saliendo hacia Sanlúcar en la peregrinación de 2019. / Andrés Mora

Como es tradición, aunque se haya visto interrumpida dos años por la pandemia, la Hermandad del Rocío de El Puerto de Santa María celebra su peregrinación para visitar a la Blanca Paloma. Las lluvias que están cayendo han dejado el camino y el Coto de Doñana en mejores condiciones, ya que se encontraba muy seco y había riesgo de incendio. Las previsiones apuntan que a partir de mañana comience a despejar.

Los rocieros de El Puerto saldrán mañana miércoles, día 24, a las ocho de la mañana desde su sede canónica de la parroquia de San Joaquín, desde donde los romeros portuenses, ya en caravana, se dirigirán al Parque de La Victoria, donde se celebrará una misa, en la ermita de Los Caminantes. Previamente, el grupo joven de la hermandad ofrecerá una lluvia de pétalos al paso de la comitiva, junto a la parroquia, en la misma calle Cielo. Después de la misa, como es habitual, sobre las 09:30 horas, los rocieros visitarán el convento del Espíritu Santo, donde recibirán la bendición de la imagen de la Virgen del Rocío que se conserva en la iglesia conventual y las monjas entonarán la Salve Rociera.

La siguiente parada será en la Iglesia Mayor Prioral, para rezar una salve de despedida a la Virgen de los Milagros, patrona de El Puerto, recibiendo los romeros en la puerta la bendición del párroco, Antonio Sabido Salguero, para trasladarse posteriormente hasta el monolito de Las Marías, donde se procederá al rezo del Ángelus, sobre las 11:00 horas, junto a la virgen Pastora. Desde allí, tras despedirse de la ciudad, embarcarán la carreta del Simpecado en un camión y saldrán en caravana hacia Sanlúcar. Este año, la peregrinación de El Puerto estará formada por unos 800 romeros, dotados de 30 carriolas con bateas, unos 20 todoterrenos, 5 carretas tiradas por mulas y más de veinte caballistas.

Los romeros, una vez en Sanlúcar, almorzarán en la Playa de Las Piletas para realizar el embarque en Bajo Guía, tras incorporar la carreta del Simpecado, sobre las tres y media de la tarde. Este año, según han destacado el hermano mayor del Rocío, Gonzalo Ganaza, "el Plan Romero está muy organizado y coordinado". 

La hermandad de El Puerto hará la primera noche del camino por el Coto (la del miércoles) en Las Marismilla y al día siguiente, noche del jueves, en el Corral de Félix, junto con la hermandad de Jerez en ambas ocasiones, ya que se ha querido agrupar más a las hermandades, por motivos de seguridad, debido a la sequía. El viernes, día 26, sobre las nueve de la noche, los rocieros de El Puerto llegarán a la aldea del Rocío.

La presentación del Simpecado ante la Virgen está prevista para las cuatro de la tarde del sábado, con turno número 32, un evento que junto a la salida de la Blanca Paloma en la madrugada del Lunes de Pentescostés se considera uno de los más bonitos de la peregrinación. El hermano mayor del Rocío, Gonzalo Ganaza, ha manifestado que los portuenses que quieran acompañar a la hermandad en la presentación a la Virgen tienen las puertas de la casa de hermandad de El Puerto abiertas, en Plaza Mayor, 2.

La hermandad estará acompañada en esta peregrinación por el jesuita Juan Félix Ruiz Lama y el capellán de camino Juan Franco, también sacerdote, de Sanlúcar de Barrameda.

La hermandad iniciará el camino de vuelta tras los rezos y cultos a la Blanca Paloma el martes día 30, a las diez de la mañana, y entrará en la ciudad de El Puerto el día 1 de junio, sobre las seis de la tarde, cuando llegarán de nuevo al monolito de Las Marías.

Gonzalo Ganaza ha destacado que esta es la primera peregrinación que se realiza ya sin restricciones después de la pandemia y ha subrayado que "ha costado mantener la hermandad", durante este tiempo. Entre sus objetivos destaca la labor asistencial, colaborando con regularidad con las monjas del convento del Espíritu Santo, realizando una compra cada 15 días para la atención a los necesitados. A la vez, tienen también como objetivo donar todos los meses cien kilos de alimentos a Cáritas, por lo "nuestro camino con la ciudad es durante todo el año, con quienes más lo necesitan, y durante la pandemia también hemos estado ahí".

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