COAC 2026
Las entradas para las preliminares del COAC 2026 salen hoy a la venta

El placer de rescatar un clásico y volver a los orígenes de la vela

Tres gaditanos recuperan el barco 'Kilena of Corsica' que se encontraba hundido en un puerto de Portugal a causa de un incendio y lo restauran para travesías turísticas

El velero 'kilena of Corsica', amarrado a un pantalán en Puerto Sherry, donde están terminado los trabajos de restauración de este barco de época.
C.benjumeda / El Puerto

22 de junio 2008 - 01:00

El velero Kilena of Corsica cumplirá pronto 75 años. Se puede considerar un milagro que siga a flote, y más aún el magnífico aspecto que presenta. Pero no por su antigüedad, sino por la historia tan singular que encierra. En 2003 sufrió un incendio que estuvo a punto de enviarlo para siempre a un desguace. Pero el Kilena encontró en su camino a tres portuenses dispuestos a reconstruir sus maltrechas maderas y a restaurarlo para seguir navegando, asumiendo los sacrificios necesarios para una empresa ambiciosa e incierta.

Su casco dañado fue rescatado del fondo donde estaba hundido, en la marina de Lagos (Portugal), y una vez trasladado a tierra firme comenzó la complicada restauración a cargo de Pablo Benjumeda, Enrique Fernández y Carlos Sindin, un carpintero de Montevideo, cuyos orígenes están en El Puerto, todos ellos trabajadores del mundo de la náutica.

Dadas las condiciones de deterioro en que estaba el barco, lo primero que hicieron fue construir un armazón de hierro para mantener la estructura, que según explican había quedado "como una cáscara, quemada por fuera", pero mantenía su forma original, además de los mástiles, velas y aparejos. En la operación para rehacer los exteriores y el casco tuvieron la ayuda de carpinteros portugueses, y en el interior la de ebanistas ingleses. Además, contaban con una copia de los planos originales que les había facilitado el Museo de Estocolmo, en cuyos archivos se habían conservado una vez cerrado el astillero sueco de Gustavsson, donde se construyó en 1934.

Durante los cinco años que han trabajado en la restauración, esos planos han permitido reconstruirlo fielmente, siguiendo el modelo de un ketch de dos mástiles del Mar del Norte, unos barcos de época que se hacían con características específicas, difíciles de imitar, como una proa elevada y un casco poderoso para combatir las olas.

Pero además de la voluntad y la información, ha sido necesaria la mayor entrega al proyecto, unos sacrificios que podrían parecer incomprensibles. "Hemos invertido todo nuestro tiempo y todos nuestros ahorros, y es porque nos gusta esto. Es como cuando le preguntas a un alpinista por qué sube a una montaña, y contesta que es simplemente porque estaba ahí. Nosotros hemos encontrado el barco y lo llevamos para adelante". Y es que la restauración del Kilena es también la historia de un flechazo, un canto de sirena ante el que estos navegantes no han querido cubrirse los ojos ni taparse los oídos: "Han sido cinco años de no estar parado. Esto es todo un esfuerzo. A veces uno piensa que es en balde, pero también es historia, porque lo hemos restaurado yendo al origen. El interior es clásico pero con otra funcionalidad, hemos respetado el aparejo antiguo y toda la maniobra. No hay nada eléctrico y todo es manual, pero no es un barco complicado", afirman convencidos.

A punto de concluir ahora su renacer al Kilena le ha llegado el momento de volver a navegar: "La idea es trabajar con el barco. Que se pague el coste de su mantenimiento. Este es un barco que se puede trabajar con él, en regatas de yates clásicos o haciendo charter", concluyen sus dueños.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último