Clara Montes pone música y voz al universo de Alberti

El Puerto/La Fundación Rafael Alberti, en la portuense calle Santo Domingo, acogió en la tarde-noche del viernes un exquisito concierto de la cantante Clara Montes, que ha musicado algunos de los poemas de Marinero en tierra, el primer poemario de Alberti, junto a algunos de sus últimos textos y otros inéditos. El resultado ha sido Marinera en Tierra, un disco-libro con nueve temas, tras un trabajo de más de dos años de investigación y preparación, en el que ha colaborado estrechamente la viuda del poeta, María Asunción Mateo, presente este viernes en la puesta de largo del disco.

Acompañada en el escenario de los músicos Kiriko Gutiérrez (contrabajo), Chamo Díaz (piano), Malick Mbengue (percusión) y Luis Balaguer (guitarra), el resultado ha sido un delicioso trabajo en el que la poesía del universal autor portuense y la sensibilidad y garra de Clara Montes ofrecen un conjunto sorprendente.

El recuerdo de Pablo Domínguez, fallecido durante la grabación, estuvo muy presente

En el disco la guitarra que suena es la del músico recientemente fallecido Pablo Domínguez, que murió durante el proceso de grabación del trabajo y cuyo recuerdo estuvo ayer muy presente en la sala.

Ya con los músicos sobre el escenario, Clara Montes llegó caminando desde el final del salón de actos, ataviada con un vestido negro, unos botines rojos y un pañueño al cuello. El público que llenaba la sala la recibió con un fuerte aplauso, en un ambiente que en todo momento fue íntimo y cargado de receptividad.

Las primeras palabras de la artista fueron los versos de Marinero en Tierra, de cuya publicación se celebra ahora el primer centenario, para pasar a interpretar el primero de los temas, Si mi voz, que fue evolucionando por tanguillos. Y es que el flamenco tiene mucho peso también en la trayectoria musical de Clara Montes, que se remonta ya a más de 25 años atrás, ya que fue en 1998 cuando publicó su primer disco, con poemas de Antonio Gala.

María Asunción Mateo ha colaborado en la aportación de material para este trabajo

Clara Montes fue introduciendo cada una de las canciones de un disco que es “una declaración de intenciones”, como ella misma explicó. Así, en Ebria de amor cuenta cómo "90 años después un joven poeta enamorado le escribe versos de amor a una maravillosa mujer que le ha robado el corazón”, su Altair, como poéticamente se refería a María Asunción Mateo.

La cantante madrileña, afincada en la provincia de Cádiz desde hace años, explicó que este disco es “un sueño hecho realidad”, desde que hace ya más de dos años surgiera la idea. Fue entonces cuando introdujo el tema Te fuiste marinerito, dedicado a Pablo Domínguez, que “se fue demasiado joven y demasiado pronto” y cuya muerte fue “un batacazo”. Fue él quien grabó las guitarras para el disco y por eso le dedicaron la canción, convencidos de que “le habrá preguntado a Rafael qué le ha parecido el disco. seguro que se han hecho buenos amigos”.

Llegaba después Mi amante y amada, una fusión entre dos de los poemas de Rafael, y después las colombianas Miramelindo, homenaje a un hombre que no paró de viajar durante toda su vida, tras cuarenta años de exilio en diferentes países. “Él era muy de Cádiz, pero también americano, francés, mejicano, argentino... se sentía del mundo, pero de aquí, sus cantes son de ida y vuelta”, explicó Clara. En los diferentes temas se iban escuchando influencias flamencas, mediterráneas, americanas y de jazz.

Llegaba entonces el soneto inédito dedicado a su mujer, Sabes tanto de mí, un emocionate texto inédito en el que hace un repaso de su vida pero con la vista puesta en el futuro. Hasta unas sevillanas incluye el disco, las Sevillanas del Levante, que Clara Montes interpretó con gracia y que narran entre otras cosas, la lucha de blusas y camisas en un tendedero gaditano.

También hubo espacio para dos nanas, Negra flor y La cigüeña, justo antes del momento de los agradecimientos: a la Fundación Alberti -donde el disco se ha presentado a nivel nacional- a María Asunción Mateo y al poeta Francisco Manuel Reina, que fue quien le propuso la realización de este disco, y cómo no a sus músicos, parte imprescindible del espectáculo.

Ya con el concierto llegando a su fin llegaba Recuérdame en alta mar, para terminar con una versión del poema de Alberti De ti musicado por la primera productora de Clara Montes, la también cantante Rosa León, y finalmente el tema Adiós, con el que puso fin a un precioso concierto que dejó encantados a los asistentes.