Semana Santa

Un Viernes Santo de silencios y tradiciones en El Puerto

Un niño observa pasar la urna del Santo Entierro.

Un niño observa pasar la urna del Santo Entierro. / Ramón Núñez

El Viernes Santo ha estado protagonizado en El Puerto por las dos hermandades que marcan esta importante jornada para los cristianos, la Veracruz, con más de 500 años de historia -la hermandad más antigua de la ciudad- y la Soledad y Santo Entierro.

Las puertas de la parroquia de San Joaquín se abrían a las siete y veinticinco de la tarde para la salida de la Cruz de Guía, en dirección por la calle Cielo hacia la Carrera Oficial. El paso de Misterio salía a las siete y media, acompañado por la Agrupación Musical Santísimo Cristo de la Clemencia de Jerez, a los sones del Himno nacional, e iba comandado por el capataz Sergio Alejo Gallardo, con la preciosa estampa del Cristo crucificado sobre un calvario de flores moradas.

Una imagen del Cristo de la Veracruz. Una imagen del Cristo de la Veracruz.

Una imagen del Cristo de la Veracruz. / Ramón Núñez

El palio de Nuestra Señora de Consolación y Lágrimas pisaba la calle Cielo poco antes de las ocho de la tarde, después de que el año pasado la hermandad recuperara este paso, tras la ausencia en el mismo desde la Semana Santa de 2016.Seguía al paso de la Virgen la banda de música Arunda de Ronda, que ya el día anterior, Jueves Santo, había acompañado a Nuestra Señora del Desconsuelo en su salida procesional desde el convento del Espíritu Santo .

Los capataces del paso de Palio eran Francisco Javier García de la Cruz y Eduardo Torne Barros.

Entre los estrenos de la hermandad este año destacaban los evangelistas para las cuatro esquinas del paso del Cristo, obra del portuense Adrián Ríos. También un relicario del Lignum Crucis, obra de orfebrería Antonio García Falla, de Jerez.

Durante el recorrido se produjo un incidente al paso de la Virgen por la calle Mayorga, cuando a causa del viento una maceta cayó desde un balcón golpeando a una mujer que tuvo que ser atendida.

Prácticamente a la misma hora que salía la Virgen de Consolación y Lágrimas desde San Joaquín lo hacía la hermandad de la Soledad y Santo Entierro desde la Basílica Menor de los Milagros.

El primer paso en pisar la Plaza de España, camino de la calle Pagador, fue el de las Escaleritas, el paso alegórico que cada año abre la procesión, a las órdenes este año del capataz José Bohórquez Gallardo.

Este paso iba sin música, como siempre ha sito tradicional en esta hermandad, aunque este año el paso del Santo Entierro iba acompañado por la capilla musical Vía-Sacra.

Aunque la gente que esperaba la salida de la impresionante urna no estaba callada, escuchándose murmullos y conversaciones, fue salir la urna plateada de la Basílica y hacerse un respetuoso silencio, muestra de lo que impone la imagen del Cristo yacente, escuchándose entonces ya plenamente el acompañamiento de la capilla musical.

En la procesión del Santo Entierro iban representadas, como cada año, las diferentes hermandades portuenses, así como miembros del Ayuntamiento y del Consejo Local de Hermandades y Cofradías. Tampoco faltaron las tradicionales mantillas del Viernes Santo, que también acompañaban a la hermandad de la Veracruz.

El paso de Palio de La Soledad contaba también este año con acompañamiento musical, a cargo de la banda de música de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Rota. Nada más salir a la calle el fuerte viento que soplaba apagó la candelería, pero la hermandad realizó su recorrido con la majestuosidad que la caracteriza.

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