El autor Salvador Ortolá expone su obra fotográfica en Cuadros La Galería, en la calle Federico Rubio, 65, donde los interesados podrán disfrutar hasta el próximo día 31 de marzo de una exposición en la que muestra un excelente nivel artístico y creativo.

Más de una década después de su última exposición, Salvador Ortolá ofrece al público en El Puerto de Santa María una muestra variada de su obra, en la que el hilo conductor es el gusto por lo sencillo y la estética por la estética, únicos motivos del autor en esta exposición fotográfica.

El cartel anunciador de la exposición fotográfica.

Se trata de diez obras "sencillas de mirar, pero que todas esconden o bien revelados por zonas muy bien pensados y trabajados (rescatando la esencia del laboratorio fotográfico en sus trabajos en blanco y negro) o encuentros con miradas singulares, como se puede observar en las fotos de animales; o luces peculiares que permiten al observador disfrutar de la singularidad y belleza de sus motivos y encuadres".

El autor comenzó a interesarse por la fotografía durante su viaje en el programa Ruta Quetzal en 1999. Con 17 años comenzó a aprender los primeros conceptos de la mano de un fotógrafo de El País Semanal que les acompañó durante las semanas que estuvieron en Panamá.

Al año siguiente tuvo la oportunidad de aprender el proceso de exposición y revelado en el laboratorio, mientras cursaba su último año de instituto en Safa, en El Puerto. Aún sin cámara propia, siguió leyendo y formándose con todo tipo de material (principalmente revistas y libros). Con sus ahorros, ya estudiando Ingeniería Industrial en Sevilla, compró su primera cámara réflex: una Fuji de los años 70, y continuó desarrollándose en sus ratos libres.

A ello, suma muchas horas en el laboratorio de fotografía de la Escuela de Ingenieros, donde un año más tarde le ofrecieron llevar el taller e impartir clases intensivas a nuevos alumnos que quisieran iniciarse en la fotografía y unirse al Club de Fotografía de la Universidad. A partir de entonces, compaginó sus estudios de ingeniería con trabajos en revistas culturales, cubriendo sobre todo fotografía en teatros, bien asesorado por conocidos fotógrafos sevillanos, de los que guarda un entrañable recuerdo.

Algunas de las diez obras expuestas.

También en esos años preparó su primera exposición en solitario, muy recordada por sus encuadres geométricos; y diseñó y produjo la decoración de un local de alta cocina en Sevilla. Desde entonces, no ha parado de fotografiar y trabajar sus fotografías, evolucionando en otros muchos estilos. Aunque su fuerte ha sido, y siguen siendo, la fotografía de espectáculo y los encuadres singulares que transmitan sensaciones.