El Puerto: Dos años complicados con muchas incertidumbres por delante

Balance en el ecuador del mandato municipal

Tras la aprobación del esperado Peprichye, la ciudad se enfrenta ahora a una posible anulación del PGOU

Los presupuestos municipales siguen sin aprobarse, pendientes aún de su borrador

Una imagen del abandono que presentan las obras del parking de Pozos Dulces.
Una imagen del abandono que presentan las obras del parking de Pozos Dulces. / Andrés Mora Perles

Dos años han pasado ya desde la llegada a la Alcaldía portuense de Germán Beardo, que desde junio de 2019 gobierna gracias al pacto suscrito entre Partido Popular y Ciudadanos, aunque sin mayoría absoluta al no llegar a cerrarse hasta el momento un acuerdo con los dos concejales de Vox, como se auguraba.

Sin duda ha sido un mandato muy marcado por la incidencia de la pandemia, como ha ocurrido en todo el país, por lo que las luces y sombras han tenido matices diferentes que en anteriores ocasiones.

Cuando se cumplen dos años de gobierno El Puerto afronta su futuro con incertidumbre, ante una maquinaria municipal que avanza a trompicones debido a un plan de ajuste muy severo y a una organización obsoleta e inflexible del Ayuntamiento, que a veces es incapaz de atender con solvencia las demandas ciudadanas. Baste señalar, como ejemplo, la ausencia este año de programación de primavera en el teatro municipal Pedro Muñoz Seca, no por falta de dinero en las arcas municipales sino por problemas burocráticos. También siguen sin cobrar las ayudas comprometidas más de una treintena de entidades sociales que ven con desesperación cómo pasan los meses sin que el complejo aparato municipal sea capaz de ponerse al día, mientras se suceden los problemas cotidianos como la falta de efectivos policiales en la calle, la ausencia de un contrato con la grúa municipal o los parches para poder sacar adelante un contrato de mantenimiento urbano.

En el lado positivo de la balanza el mayor logro ha sido sin duda la aprobación definitiva del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico y su Entorno (Peprichye), ya solo pendiente de su entrada en vigor. El gobierno municipal confía en que esto sea un revulsivo para la recuperación del casco histórico, si bien para ello será necesario dotar de más medios y personal al área de Urbanismo, para que el documento no se quede en papel mojado.

Y siguiendo con el Urbanismo, una gran espada de Damocles pende en estos momentos sobre el futuro inmediato de la ciudad, con la vista puesta en la decisión del Tribunal Supremo sobre el Plan de Ordenación Urbana (PGOU) en vigor. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía anuló el plan en octubre de 2019 y el Ayuntamiento presentó un recurso ante el Tribunal Supremo, cuya decisión podría conocerse este mismo mes de junio. En caso de que el Plan General quedase anulado la ciudad tendría que volver a regirse por el plan de 1992, lo que supondría un problema para muchos de los nuevos desarrollos y para la regularización de miles de viviendas.

Una de las grandes carencias de este equipo de Gobierno ha sido la incapacidad, hasta ahora, de sacar adelante unas cuentas municipales, ya que se sigue con los presupuestos prorrogados de 2018, lo que obliga a realizar continuas modificaciones presupuestarias ante las que ya se ha plantado la oposición en más de una ocasión. Los grupos de la izquierda han promovido incluso un pleno de reprobación a la gestión del alcalde, una sesión extraordinaria que se celebró el viernes y que finalmente no salió adelante al votar en contra el grupo Vox.

Y es que la soberbia del equipo de gobierno, liderado claramente por el alcalde sin dejar demasiado margen a Ciudadanos para destacar en sus áreas de gestión, ha terminado por pasar factura a unas relaciones siempre complicadas entre gobierno y oposición, pero más aún tratándose de un gobierno que no cuenta con mayoría suficiente y necesita al resto de los grupos para sacar adelante cualquier iniciativa que tenga que pasar por el pleno.

La Junta de Andalucía, también en manos de PP y Ciudadanos, está dando algunas alegrías al equipo de gobierno con pasos como la reciente firma del convenio para la estación de autobuses -ahora denominado intercambiador- o el próximo traslado del consultorio de Valdelagrana, mientras que otros importantes asuntos como la apertura del centro de salud Ángel Salvatierra se espera que puedan ver la luz próximamente, a pesar del retraso que arrastran. Siguen gestionándose también asuntos que vienen del anterior mandato con proyectos ya comprometidos entonces como la ruta Ciudad Amable, la rehabilitación de la barriada de Los Milagros, el museo de cargadores a Indias, la rehabilitación del Hospitalito o el proyecto turístico en los terrenos del Club Mediterráneo, por citar algunos ejemplos.

Pero sin duda uno de los mayores fracasos ha sido la incapacidad de buscar una solución al embrollo de Pozos Dulces, el aparcamiento que nunca fue y que parece que no llegará a ser, ya que lo más probable es que las obras, paradas desde hace meses, se tengan que dejar a medias sin que se haya construido el nuevo subterráneo. Ciertamente no es un problema que haya creado el actual equipo de gobierno, ya que la obra arrancó en el anterior mandato del Partido Popular, siendo alcalde Enrique Moresco, complicándose todo posteriormente durante la gestión del tripartito de izquierdas, que quiso evitar la obra.

Ya en el anterior mandato, siendo alcalde David de la Encina, pareció encarrilarse el proyecto pero al faltar financiación para culminarlo y al no haber un inversor interesado no ha sido posible, finalmente, zanjar este asunto de una manera digna. Sí hay que reprocharle al actual gobierno, en caso de que finalmente el aparcamiento no se llegue a ejecutar, que no haya cumplido su promesa de dar una solución satisfactoria a este asunto.

Por lo que respecta al futuro político de El Puerto, aún es prematuro aventurar una hipótesis. Parece claro que Germán Beardo será el candidato del Partido Popular y tratará de rentabilizar su imagen fraguada sobre todo en las redes sociales a base de mensajes triunfalistas y machacones. La incógnita se cierne, sin embargo, sobre partidos como Ciudadanos -cuyo futuro a nivel nacional es un misterio, lo mismo que los planes de su portavoz local, Curro Martínez-, y sobre el PSOE, formación que de momento no tiene un candidato claro a la Alcaldía, toda vez que parece difícil que David de la Encina vaya a repetir. Más a la izquierda se ve ya como un hecho la ruptura entre Izquierda Unida y Podemos, mientras que por parte de Vox parece coger fuerza la figura de Leocadia Benavente como posible cabeza de cartel.

No obstante, dos años son una eternidad en política y aún es pronto para hacer quinielas. Habrá que esperar para ver como afronta el gobierno municipal esta segunda parte del mandato, una etapa que sin duda será clave para despejar algunas de las incógnitas del futuro.

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