Todas las actuaciones de limpieza que se están llevando a cabo en la ciudad desde el inicio de la pandemia se hacen con lejía (hipoclorito sódico), que tiene efecto viricida. Esta medida que se puso en marcha en marzo y ha seguido activa en todo momento dentro de los planes y programaciones municipales encaminadas a la limpieza y desinfección de El Puerto en su lucha contra la propagación del Covid-19.

Una máquina de limpieza, en el Poblado de Doña Blanca.

Como explica el concejal de Medio Ambiente, Millán Alegre, "desde el Ayuntamiento se hace especial hincapié en la desinfección de los centros educativos, tanto guarderías como colegios de Infantil y Primaria como Institutos de Enseñanza Secundaria y Bachillerato, públicos, concertados, y privados, con un protocolo muy estricto tanto en los accesos como en los patios interiores, es decir, en las zonas más frecuentadas y con mayor afluencia y utilizando medios manuales y mecánicos en función de la accesibilidad de cada centro. En esta rutina también están incluidos los centros de educación especial y los de adultos, así como el Centro de Alzheimer AFA Puerto, el Centro de Adultos La Arboleda, la Escuela Oficial de Idiomas, el Conservatorio Elemental de Música Rafael Taboada Mantilla o el Centro Especial de Educación Mercedes Carbó".

Igualmente, los dispositivos especiales de limpieza también recalan en todos los centros de salud de la ciudad, como El Puerto de Santa María Sur, Doctor Federico Rubio, Valdelagrana, Casa del Mar, Pinillo Chico, Centro de Especialidades Virgen del Carmen, consultorios como el ubicado en Doña Banca, Centro de Emergencia de La Florida, Hospital Santa María del Puerto, convento del Espíritu Santo, centros médicos de la ciudad, Comisaría de la Policía Nacional o Jefatura de la Policía Local, entre otros edificios e instalaciones que reciben a diario mayor tránsito de personas.

Por último, el teniente de alcalde de Medio Ambiente destaca que todo el perímetro de la ciudad, dividida en distritos de limpieza, se está limpiando aplicando una mezcla de lejía y agentes desengrasantes empleando la distinta maquinaria del servicio municipal: hidrolimpiadoras y fregadoras, baldeadoras o cubas en los diferentes turnos de trabajo, que desinfectan las vías principales y las secundarias; incidiendo en las zonas de paso: puertas, bancos, papeleras o zonas de servicios públicos, por citar algunos ejemplos.

De hecho, en el turno de mañana dos operarios según cuadrante tratan con hipoclorito los diferentes distritos de forma manual, actuando directamente sobre el mobiliario urbano o puntos de especial concentración de viandantes.