El alcalde, David de la Encina, habló ayer del cambio de ubicación del Festival de Teatro de Comedias de este año al teatro municipal Pedro Muñoz Seca. De la Encina reconoció que al equipo de gobierno "no le gusta este cambio, pero ha sido el mal menor" ya que como explicó, cuando los nuevos responsables municipales tomaron posesión de sus cargos el pasado 15 de junio "no se había puesto en marcha ningún trámite de contratación para poder celebrar el festival en San Luis. No había nada organizado y eso no se puede improvisar en dos días", dijo, al tiempo que habló de "irregularidades y vacíos legales" que el nuevo equipo municipal ha encontrado a la hora de organizar esta nueva edición del festival.

De la Encina lamentó ayer que en las 23 ediciones de historia que arrastra este ciclo cultural no se haya habilitado un marco normativo para su organización, que calificó de "chapuza". Destacó, entre otras cosas, que fuera la Fundación Muñoz Seca, a través de una de las herederas del autor, de más de 90 años y residente en Madrid, la que se encargara de recibir y autorizar los pagos de funcionamiento del festival, cuyo montante ronda cada año los 180.000 euros. "¿Y si pasa algo?", se preguntó De la Encina, "¿quién corre con las responsabilidades?", insistió, incidiendo en la falta de garantías legales con las que se ha venido organizando el festival desde sus orígenes. "No vamos a permitir este funcionamiento irregular del festival ni esa falta de consistencia en la organización. Es algo que los técnicos habían venido advirtiendo pero la decisión política hasta ahora había sido mantener la celebración en San Luis, a pesar de la falta de un marco normativo", insistió.

El alcalde reconoció que al equipo de gobierno no ha tenido este año más remedio que adoptar este cambio de ubicación porque "la alternativa era quedarnos sin festival. Hemos tirado por la vía de enmedio y nuestra intención es aprovechar este próximo año para hacer un protocolo de organización con luz y taquígrafos y que el festival pueda volver a San Luis el próximo verano", anunció.

En cuanto a los costes de la organización del Festival, también calificó el primer edil de "sangría económica" el coste que venía suponiendo, ya que precisamente el tener que habilitar un procedimiento nuevo cada año arrojaba un déficit de más de 90.000 euros para el Ayuntamiento, al margen de los costes de la programación, que se recuperaban mediante la taquilla y se abonaban a través de la Fundación municipal Pedro Muñoz Seca, algo que insistió en calificar como "una situación administrativa irregular".