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Elecciones

Campaña en una ciudad fría

  • La apatía marca el inicio oficial de una campaña cuya propaganda previa se ha visto interrumpida por la ley electoral · Esto afecta al conocimiento de los candidatos

Estas elecciones tienen larvada una apatía vinculada a dos factores: el primero deriva del absurdo de una ley electoral que capa las posibilidades de hacer nada antes de la campaña oficial, que comenzó la madrugada pasada, y el segundo es fruto del desencanto de los electores, cansados de rifirrafes políticos mientras el paro y las soluciones de quienes dirigen las administraciones llegan tarde, mal o nunca. Es una campaña en una ciudad ya de por sí poco dada a la efusión colectiva.

Es una campaña con la ciudad fría. Por eso Magdalena Fuentes dice que no irá el 22-M a depositar su voto en una urna. "A mi no me engañan ya; tengo a mis dos hijos en paro después de pagarles la carrera", explica esta señora de 59 años residente en Ciudad Jardín. Ese desencanto se ha acentuado con la falta de ambiente electoral que existe por culpa de la citada ley. Ya lo decía el otro día Luis Carlos Rejón, ex coordinador de las campañas de Rosa Aguilar: "Esta campaña no tiene calor". El PP ha optado por movilizar a su electorado fijo conocedor de que tiene más o menos segura una victoria "si los votantes no se atrancan en Encinas Reales viniendo de la playa como hace cuatro años", apuntaba ayer María Gálvez en pleno Bulevar del Gran Capitán después de pedir a José Antonio Nieto, que presentaba sus propuestas, que gane "por favor".

Como el pulso del año electoral, porque la precampaña ha sido tan larga como plana, presenta un electro con escasos altibajos, la presencia de Rafael Gómez se ha convertido en un tsunami inicial que ha ido perdiendo intensidad conforme se acercaba a la costa. Pero ha dejado su estela y por ello del Centro a Ciudad Jardín todo el mundo hablaba ayer de él cuando se le preguntaba por las elecciones. No deja a nadie indiferente. Los hay que piensan que es una vergüenza para la ciudad y otros, más informados, apuntan que su presencia es una vendetta por todo lo que le han hecho sufrir desde el Ayuntamiento, la Junta y Cajasur. De lo que no cabe la menor duda es que genera debate. En una de las fruterías de Infanta Doña María, Gómez se convierte en tema de conversación justo después de que el periodista enciende la chispa. Las definiciones abarcan desde el insulto al respaldo, pero no cabe duda de que su sola mención levanta pasiones. Eso sí, nadie quiere dar su nombre en la cola de la tienda.

 

Otro hecho significativo en esta ciudad que a veces lleva vidas paralelas entre lo que se cuece entre la pomada periodístico-política y la calle en general es que más de uno cree que Rosa Aguilar se presenta a las elecciones. Matilde Muñoz, a sus 78 años, pregunta por ella. Sabe que ha cambiado "de bando", pero insiste en que "es la alcaldesa". Para Leonor Gómez, de 65 años, "Nieto es el del PP y Ocaña es el de IU, el del partido de Rosa Aguilar". De Durán, ni flores. Resulta curioso, sobre todo porque Andrés Ocaña es el alcalde, pero en la vida de los barrios siguen sonando más Aguilar y Gómez que el cabeza de lista de IU, aunque si se pregunta por Nieto o por Durán tampoco hay una respuesta inmediata y, sobre todo, clara. Los que se confiesan votantes del PP, como Angustias Cano, tienen aprendida la lección del cambio que propugna el candidato popular: "No podemos seguir así, las calles están fatal, llenas de suciedad, no hay aparcamientos, el barrio [Ciudad Jardín] está envejecido y en los últimos diez años no se ha hecho absolutamente nada. Hay que cambiar ya". A la salida del Mercadona de la calle Previsión, Angustias apunta también a zonas como Santa Rosa o la Huerta de la Reina, donde "Izquierda Unida no ha hecho nada".

 

El relativo desconocimiento de los líderes es directamente proporcional al desencanto por la política. Varias de las personas que han sido requeridas para emitir su juicio sobre el proceso que ahora se inicia prefieren no hablar de política. ¿Qué está pasando en esta campaña que no hay pulso en la calle? ¿Serán pronto las redes sociales el único vehículo donde habrá un debate más o menos intenso sobre política? Lo cierto es que en los bares se habla cada vez menos de política, y en Córdoba menos. Se habla de mayo. El concejal de Festejos, Marcelino Ferrero, apuraba ayer un medio de fino en el bar Moriles antes de ir de visita a los Patios como jurado. Sabe que la repercusión de la fiesta tiene una dura competencia con la el Mayo festivo y por eso está dispuesto a que "el fallo del concurso de los Patios se conocerá a las 22:00" para que pueda ser recogido con amplitud por los medios locales, como mínimo. Así, entre el mes de mayo y que hasta hoy no se han visto los carteles en las calles de la ciudad, el ambiente de elecciones es flojito, quizá porque para la mayoría, para bien o para mal, el pescado está vendido.

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