Última hora de la tarde de ayer en la Plaza de la Constitución. Hay unas cuantas bicis por el suelo, unas chicas tocando la guitarra y una pancarta que reza "No hay pan para tanto chorizo". A las 20:00 el megáfono empieza a rular y comienza la asamblea a la que asiste un centenar de personas. Muchos son veinteañeros. Los concentrados deciden montar un campamento en la Plaza de la Constitución y mantenerlo hasta el viernes a las 24:00 para reivindicar una democracia más participativa y expresar su descontento.

Rechazan las etiquetas. "Aquí cada uno tiene su historia, su ideología. Lo que nos une es el descontento", insisten. Durante la asamblea Marcos lee el manifiesto de la plataforma Democracia Real Ya que condena la "dictadura partitocrática encabezada por las inmovibles siglas del PPSOE". Una pancarta en el suelo refuerza esta idea: "Generación ni-ni. Ni PP ni PSOE".

"No somos antisistema, nos une el descontento", apunta Carlos. Muchos son universitarios. Pero también hay parados, algunos trabajadores precarios, jóvenes que sacan para sus gastos dando clases particulares a siete euros la hora y un par de funcionarios con convicciones de izquierda.

Megáfono en mano, van organizando turnos para mantener el campamento hasta viernes por la noche. Un policía local vigila desde lejos. Son más de 20, el límite a partir del cual se considera una concentración y debe ser comunicada a la Subdelegación del Gobierno. Los congregados presentaron la solicitud a las 13:00, una hora después de iniciarse esta acampada sin tiendas para evitar desalojos como el de la Puerta del Sol. La autoridad todavía no ha dado ni denegado la autorización.

Así que uno de los participantes en la asamblea propone que si la Policía les pone pegas, se formen grupos de 20 personas "para jugar con la ley". Un representante de la plataforma Democracia Real Ya expresa el apoyo a este movimiento. Los reunidos en la plaza se plantean que algunos deben meter en las redes sociales lo que allí está ocurriendo, que otros tienen que hacer panfletos y que hay que hablar con los viandantes para explicarles la razón de la acampada.

"La democracia representativa está bien como base, pero debe tener más herramientas de participación ciudadana", defiende José. Los concentrados sostienen que los votos no pueden ser un cheque en blanco. "Un voto cada cuatro años no es un una democracia real, es insuficiente", argumenta María del Carmen. Usuarios de las redes sociales y contrarios a la ley Sinde, proponen usar las nuevas tecnologías como herramientas para conseguir una mayor participación ciudadana.

Muchos aseguraban que el próximo domingo acudirían a las urnas. "Votar es un derecho y un deber, pero rechazamos que los políticos se queden cuatro años con nuestro voto sin que haya más participación ciudadana", apuntaba otro de los concentrados.

Alguien sugiere una colecta para juntar algunos euros para panfletos, pero nadie quiere hacerse cargo del dinero. Así que otro propone que la aportación sea en especie. Después de casi una hora -con la firme convicción de mantener la concentración hasta el viernes- cierran la asamblea coreando el lema "Lo llaman democracia y no lo es".