Una nueva manifestación de la cobardía de los marxistas. Ayer por la mañana, aviones rojos bombardearon la ciudad de Cádiz causando cinco muertos y numerosos heridos.

El bombardeo comenzó a las once y media de la mañana. Los aviones rojos lanzaron bombas en las inmediaciones de la Alameda. Allí se encontraban José María Bensusan, Luis Alvarez Ossorio y José Luis Lacave. El primero resultó muerto, perdiendo el brazo el segundo. El tercero resultó ileso. Un 'balilla', el niño Ramón Sánchez Gey, también resultó muerto cuando se encontraba en la Alameda.

Los aviones siguieron bombardeando la ciudad. Cayeron bombas en la calle Isabel la Católica, Bendición de Dios, Beato Diego y Teniente Andújar, causando varios heridos y numerosos daños. En Puntales y otros puntos de extramuros también cayeron bombas enemigas causando heridos y y tres muertos; un vendedor de periódicos llamado 'Chele' , un joven sillero y la joven Mercedes Benvenutty.

Los heridos fueron atendidos en el hospital de Mora y en el de San Juan de Dios.

Cuando aún se escuchaban los ecos de las bombas, numerosos vecinos, encabezados por miembros de Falange, salieron a las calles en espontánea manifestación dando vivas a España. A la una de la tarde una imponente multitud se concentraba en la plaza de San Juan de Dios, obligando al alcalde, Ramón de Carranza, a salir al balcón principal del Ayuntamiento. Más tarde los manifestantes acudieron al Gobierno Militar donde el general López Pinto pronunció una vibrante arenga.

Las autoridades hacen saber a la población que en caso de nueva llegada de la aviación roja se avisará por medio de sirenas o por las campanas de los templos. Los vecinos deben pasar a las habitaciones de los pisos bajos para buscar lugar seguro.

El gobernador civil anunció que ayer había decretado severas sanciones contra cuatro establecimientos públicos, ya que cerraron sus puertas durante el bombardeo demostrando con ello una falta absoluta de valor cívico.