Doña Cuaresma

Qué pocas luces

Lo dije. ¿Se acuerdan? Hace apenas unos días ya me dejé caer: Arcarde, siempre contigo. Y es que me está ganando mi José María. La última ocurrencia que ha tenido su equipo de Gobierno es no iluminar Cádiz por la fiesta de Don Carnal. Ohhhhhh... qué maravilla. Cádiz más oscura que la gruta esa de donde espero que nunca asome la cabeza el niño coplero de Santa María, el greñuo pero en barriobajero. Según decía hoy el Diario, será la primera vez que la ciudad no contará con iluminación extraordinaria con motivo de esta fiesta pecaminosa. Y todo gracias a mi Kichi. Si es que... es que... me va a ganar al final el muchacho. Vamos, ¿me creerán ustedes si les digo que esta mañana mi amiga Remedios –con Pura no me hablo desde que me la jugó en la Ostionada– me contó que el lunes el Falla llegó a cantar a compás Kichi cabrón, Kichi cabrón y me molestó? Hombre por Dios, si por fin ha enseñado la patita, si al final va a resultar que sus años de catequista tenían que salir a flote. Cádiz a oscuras es un sueño, Cádiz iluminada por velitas, pero no las que llevan esos hediondos del Ares, sino cirios bien hermosos como los que acompañan a nuestras Dolorosas, que ni el viento puede con ellos. Bien hecho arcarde, menos dinero para los Carnavales y ahorre para el Museo del Consejo de Hermandades, que eso sí que va a ser un edificio en condiciones, con gente de bien, y no la ampliación del Molondro que proyecta en el Palacio de mi amigo el Marqués de Recaño.

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