Carnaval de Cádiz 2023

Último tango para Julio Pardo

Hay autores que entran en la historia del Carnaval y que serán más recordados cuando pase el tiempo que en vida. Porque el tiempo engrandece más a los grandes y entierra las miserias de los envidiosos. Ha muerto Julio Pardo Merelo, que era uno de los grandes del Carnaval de Cádiz. Asusta pensar lo que serían hoy los coros sin Julio. Si una generación de jóvenes le dio otro aire a los coros de Carnaval, en 1977, con ‘Los dedócratas’, después fue Julio Pardo quien de verdad asumió esa necesidad de nueva vida para los coros. Primero, en 1978, con ‘Los aspirinos’, que fue un experimento de juventud, y que en el nombre recordaba a los estudiantes de Medicina. Después, durante más de 40 años, dando a luz algunos de los mejores coros de la historia del Carnaval

Conocí a Julio Pardo siendo un niño, cuando éramos alumnos del colegio de San Felipe Neri de Cádiz (o sea, el del centro), aquel en cuyo templo se aprobó la Constitución de 1812, aquel donde estudiaron José María Pemán y muchos gaditanos ilustres. Julio era un buen alumno, que solía estar entre los cinco primeros de su clase, y que aparecía con frecuencia en las fotos del cuadro de honor.

Su vida como autor de Carnaval es conocida. No hace falta recordarla, porque en estos días se glosará por activa y por pasiva. Julio Pardo renovó el coro. Los puristas que habían mantenido vivos los coros en los años de la posguerra lo miraban con recelo. El Quini quería echarlo a los leones. Criticaba, con frecuencia, que los tangos de Julio Pardo (y de otros jóvenes de los años de la Transición) no eran bailables, ni tenían el son gaditano. Pero el tango de Julio, que era un grandísimo músico, fue creciendo, compitiendo con todos los coros que le disputaban los premios: el coro de la Viña cuando tenía letra de Antonio Burgos y música de Antonio Martín, el coro mixto de Adela del Moral, los coros que se fueron incorporando, con los Niños de Nandi Migueles, el coro de Kiko Zamora y Faly Pastrana, y tantos que han llegado a nuestros días. Todos ellos saben que compitieron honestamente con Julio y su gente, que eran los rivales a batir.

Julio Pardo no sólo representa la renovación del coro de Carnaval en Cádiz. Supo exportarlo fuera, principalmente a Sevilla, donde crecía la afición a la chirigota y la comparsa, pero pensaban que un coro era un tostón. Logró cambiar esa idea y consiguió el más difícil todavía: unir al Carnaval de Cádiz con la Semana Santa de Sevilla. Madrugadas al relente en Triana, cantándole con su coro a la Esperanza, mientras tocaba la banda de Santa Ana, de Dos Hermanas. En la calle Pureza trianera unió la pureza de su coro con la Esperanza de la otra orilla del río grande.

Su esfuerzo no ha pasado en vano. Heredaron la afición sus hijos: Julio como continuador de la estirpe y Lucía que le dio otros aires al coro femenino. El Carnaval de 2023 se llena de tristeza. Ha muerto en pleno concurso del Falla. Y se queda en el recuerdo. Porque pasará el tiempo y los tangos de Julio Pardo seguirán vivos, como un eco histórico del Carnaval que no se apaga.

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