Opinión

Comparsas femeninas

Ya sé que no hay que hacer diferenciación a la hora de catalogar una comparsa femenina, mixta o masculina y que, simplemente, son comparsas, sin más, pues todas participan, a diferencia de otro tipo de competiciones, en el mismo concurso y bajo los mismos parámetros; no obstante, lo hago ahora porque quiero referirme a la evolución que han experimentado las comparsas compuestas por mujeres, desde hace ya algunos años. En realidad, yo no diría evolución, quizás es que no habíamos sabido apreciar la calidad que atesoraban y, con el paso de los años, se ha demostrado que la capacidad que acaparan está ya fuera de toda duda.

Muchas veces lo he dicho: la afinación, vocalización y el gusto de las comparsas en las que predomina la voz femenina, en muchos casos, raya la perfección. Sin duda, aquí la naturaleza juega un papel fundamental, ya que las cuerdas vocales de la mujer son más cortas que la de los hombres y eso, las faculta para llegar a tonos más altos con menor esfuerzo; por el contrario, el hombre, al tener la laringe de mayor tamaño, consigue un tono de voz más profundo y grave. Independientemente de este dato archiconocido e irrefutable, en mi opinión, la mujer en el carnaval ha conseguido por fin el reconocimiento que tanto se echaba en falta y, afortunadamente, ya no es ninguna sorpresa verlas en las semifinales e incluso en la final de nuestro concurso, algo impensable hace algunos años.

En cuanto al repertorio, huelga decir que, obviamente, dependerá de la inspiración y de la obra del autor o de la autora, ya que las letras y las músicas se han de valorar en su justa medida independientemente de quien las interprete.

Por tanto, creo que debemos congratularnos porque la mujer ha irrumpido definitivamente en nuestra fiesta con enorme calidad y, justo es reconocerlo, lo han logrado rompiendo barreras y haciendo oídos sordos a quien no aceptada de buen grado su participación sobre las tablas del Falla.

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