Los nudistas se las dan de artistas

Mario Rodríguez: “La mayor obra de arte que he visto en el Carnaval es ‘Los forjaores’”

  • El presidente del jurado de la cantera se convierte en una estatua griega clásica

Mario Rodríguez se convierte en el Kouros del santuario de Apolo Ptoios en Ptoion.

Mario Rodríguez se convierte en el Kouros del santuario de Apolo Ptoios en Ptoion. / Julio González

Mario Rodríguez es una estatua griega. Mario Rodríguez es una estatua griega.

Mario Rodríguez es una estatua griega. / Julio González

Mario Rodríguez Parra, presidente del jurado en infantiles y juveniles, se convierte en el Kouros del santuario de Apolo Ptoios en Ptoion (siglo VI a.C., que puede verse en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Una escultura griega clásica como él, amante del buen compás añejo. El hijo del mítico ‘Chatín’ se desnuda para Diario del Carnaval.

–¿Es usted más de yogur griego o de Yoplait de pera?

–Por mi edad me corresponde ser de Yoplait de pera, claro está. Eso del yogur griego me ha pillado mayor y en mi época infantil no existía. Y más que de yogur, en casa éramos de ‘mondarina’ o un pero grande.

–¿Le gusta más desnudar su cuerpo o su alma?

–Me cuesta más trabajo desnudarme físicamente que hacerlo con el alma. Mi generación estaba educada en el pudor, en el pecado que era la desnudez. Ya sabes, ‘las niñas con las niñas y los niños con los niños’, que cantaba Fernando Esteso. Tampoco desnudo el alma en su totalidad, pero se me hace más asequible.

–Usted, caletero de pro, ¿imagina una Caleta nudista?

–Me cuesta trabajo imaginarla. Es una playa muy familiar, con muchos niños y muchas personas mayores. No veo realizable eso de que personas desnudas estén en la playa entre niños y niñas. Creo que hay playas más apropiadas para hacer nudismo.

–Dígame una obra de arte que le entusiasme.

–El pensador, de Rodin. Pero recuerdo cómo me impactó el cuadro de ‘Las meninas’ de Velázquez en el Prado. Me lo encontré de sopetón, al fondo de una galería y me impactó su profundidad que tiene, que es espectacular.

–Y en Carnaval, ¿cuál ha sido para usted la mayor obra de arte?

–Lo más grande que he visto nunca en el Falla: la comparsa ‘Los forjaores’. Tenía seis o siete años y fui a ver a mi padre. Ya en los ensayos notaba que aquello era muy gordo. Ese pasodoble, ese yunque en medio, ese pellizcazo de Paco Alba... Me daba unos escalofríos que como era tan pequeño no sabía interpretarlos.

–¿Cómo está de pintura?, ¿es más de brocha gorda o fino pincel?

–Soy de brocha gorda. Pero sí me considero un manitas y le echo mano a todo. Eso me lo posibilita mi oficio de chapista-carrocero. Ahí se toca de todo y se aprenden muchas cosas.

–Y para arte, el de la cantera. Hay muchas obras destacadas este año, ¿no?

–La cantera ha sorprendido al jurado y a la opinión pública. Se ha hecho un gran trabajo y de calidad. Hay un nivelazo en cuartetos infantiles y juveniles. Las chirigotas de los pequeños y su única comparsa, también. Y en juveniles hay varias comparsas con grupazos que en poco tiempo estarán en adultos dando guerra.

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