El cuarteto juvenil 'Hay quien dice que mayo no tiene fiestas' cerraba esta noche de miércoles la serie de actuaciones de los ganadores de la cantera como preámbulos de las sesiones de semifinales de adultos. Los chavales demostraron gran desparpajo en lo que pudo ser un entrenamiento para el año que viene, pues por las edades de sus integrantes concursará ya en adultos. 

"Tenía algo de nervios, pero el público nos ha respaldado", decía Javi Redondo, vestido de gitana. Ya vivió esta experiencia de ser telonero de los mayores en 2020 con una chirigota infantil. De tamborilero del Rocío iba José Ángel Rivero, precisamente en estas fechas de inminente romería. "Ha sido ilusionante porque nunca había cantado en adultos y esto nos sirve de ensayo para 2023".

Mateo de Gregorio, con aire de rociero-sevillano pijo, reconocía que un Teatro Falla lleno en la noche de los cuchillos largos "impone mucho y es mágico". Y se mostraba contento porque pensaba "que el público iba a ser más exigente, pero nos ha acogido con cariño". 

Juan Carlos Carmona participaba hoy por vez primera con el cuarteto con un papel importante: era la parte de atrás de un caballo donde se montaba Mateo de Gregorio. Para aguantar el peso llevaba una faja, a modo de cargador de pasos. "Me encantaría salir en el cuarteto, pero de momento les echo un cable de esta manera", concluía. 

La cantera, en un gran año, acababa esta noche con su participación en las semifinales de adultos, donde los grupos infantiles y juveniles han sido recibidos con mucho cariño.