Con la boquita prestá
No me vengo a referir a una muy buena comparsa con ese nombre, sino a los derroteros que está tomando el Concurso y sus consecuencias, donde nadie asume culpas, pero entre todos lo matarán. El nuevo Ayuntamiento aún no ha cambiado nada, y aunque sea poco tiempo, al menos podía haber eliminado o reducido el protocuelo. El pasado año viví mi nombramiento como pregonero en un palco principal prácticamente todas las noches, pues bien, en los palcos que me flanqueaban observé la cantidad de colaos, casi siempre los mismos: coristas de la camada del de siempre, comparsistas que no salen desde que murió Cañamaque, comerciantes de distintos gremios que nada tienen que ver con la fiesta, etc. Este año aún no fui por el teatro, pero por la pantalla chivata veo a los mismos.
Ahora resulta que hay muchas declaraciones quejándose de como está el concurso. Yo me alegro cantidad de que compañeros se sumen a las mías, de los años trece, quince y veinte, donde dejé algunas perlas, como que “quieren acabar con la gallina de los huevos de oro”, “algunos no pisan las tablas, las pisotean”, “solo por el hecho de venir, cobran mil y pico de euros, aunque sean las más malas del mundo”. O el concurso toma otro giro o se nos escapa. Y ya no solo por la importancia cultural del mismo, con todo lo que eso representa, es que además el concurso financia gran parte del gasto del carnaval en la calle como la cabalgata. Alquilar las carrozas cuesta un dineral, por si no lo sabían, no se compran, por eso las veréis en más de una ocasión en las cabalgatas de la provincia. Se financian también los distintos gastos del teatro, como médicos, tramoya, fuerzas de seguridad, etc. La incursión de las redes está haciendo mucho daño, personajllos que se creen que el carnaval lo inventaron ellos, que derrotan a las agrupaciones que consideran rivales a las que a ellos le gustan, las ponen a parir, las insultan y casi siempre con la cobardía de no dar la cara.
Pero lo que me parece mucho mas grave es la postura que toman algunos medios profesionales en el trato que le están dando a sus gustos personales, donde son impresentables sus comentarios, donde se les escapan los elogios por sus partes a determinados autores o agrupaciones.
Esto es un concurso, y todos deben de partir con las mismas posibilidades, si no sería el festival de Benidorm. Y esto no lo digo con la boquita prestá, lo digo con la mía. Ya está bien de manipulaciones, sé que es una cosa muy antigua y que también sufrí en mis carnes.
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