Cursos de Verano de la UCA

González Piñero, Guerrero y Cazalilla, tres maneras de gestionar el Carnaval de Cádiz

  • La 72 edición de los Cursos de Verano de la UCA reunieron a la actual concejala de Fiestas con dos de sus antecesores para analizar las diferentes fórmulas y herramientas con las que han afrontado sus mandatos

Manuel González Piñero, Lola Cazalilla y Juan Antonio Guerrero, durante la mesa redonda de los Cursos de Verano de la UCA.

Manuel González Piñero, Lola Cazalilla y Juan Antonio Guerrero, durante la mesa redonda de los Cursos de Verano de la UCA. / Julio González

Era una bonita fotografía y, mucho mejor, sonó al oído. Lola Cazalilla, actual concejala de Fiestas y Manuel González Piñero y Juan Antonio Guerrero, dos de sus antecesores, en una mesa hablando de sus respectivas fórmulas de gestión y, más apetecible, con el turno de palabra permanentemente abierto para que los asistentes pudieran exponerles sus dudas sobre esa cartera tan sensible en la ciudad como es la del Carnaval. ¿El foro para que se operara el milagro? Donde todo es posible, la casa del conocimiento, la Universidad de Cádiz, que en sus 72 Cursos de Verano ha incluido la propuesta Rituales, costumbres y prácticas sociales del Carnaval, que culminaba este miércoles con la mesa redonda que enfrentaba estas tres maneras de gestionar el Carnaval.

Coincidencias apenas hubo, claro, entre políticos de diferente sino que, además, realizaron (o realizan) su labor en tres etapas bien diferentes en la ciudad aunque cada uno de ellos, como bien apuntó el moderador y coordinador del curso, Alberto Ramos Santana, articuló y puso en marcha un mecanismo interesante sobre el que orbitar su labor y que ha hecho avanzar la fiesta.

Así, si en el mandato socialista, Manuel González Piñero crea la Fundación Gaditana del Carnaval, en sustitución de la Comisión Ciudadana que articulara el primer concejal de Fiestas de la democracia (con el que también trabajó y al que Piñero aludió en varias ocasiones con cariñosas palabras), el fallecido Pepe Mena; en la etapa de Juan Antonio Guerrero se puso fin a este organismo, que él mismo llegó a coordinar, para poner en marcha el Patronato del Carnaval de Cádiz, que es el que ha disuelto Lola Cazalilla en la actualidad devolviendo la gestión del Carnaval al Ayuntamiento en exclusiva, aunque ofreciendo un órgano de discusión para los agentes de la fiesta como son los Foros del Carnaval.

19 años transcurrieron entre la primera y la segunda fórmula; 18 ha sido la vida del Patronato. “Parece que cuando cumplen la mayoría de edad, se acaba con el sistema y se busca otro”, bromeó el profesor Santana; “pues ya tenemos una previsión de vida de los foros”, contestaba Cazalilla durante un encuentro donde reinó el ambiente distendido sólo roto en momentos puntuales como cuando el exconcejal del PP corrigió el nominativo con el que Cazalilla lo interpeló en un par de momentos, “compañero no, Juan Antonio”.

Con todo, se habló con buen tono de las luces y las sombras de cada sistema. De cómo las primigenias comisiones ciudadanas generaban muchas y buenas propuestas pero cómo “luego le tumbaban a Pepe muchas de ellas en la comisión informativa donde estaban los partidos políticos”, además de no tener “ni capacidad de gestión, ni capital propio”; cómo estas carencias se vinieron a paliar con la mayor libertad administrativa que proporcionaba una Fundación donde estaban representados los colectivos y entidades y que contaba con una comisión ejecutiva con todos los representantes políticos pero, sobre todo, dice Piñero, “nos permitía trabajar durante todo el año en la fiesta porque el Carnaval debe empezarse a preparar al día siguiente del Domingo de Piñata del anterior”.

Su sustitución por el Patronato estuvo motivada, según Juan Antonio Guerrero, por la demanda de una mayor voz de los carnavaleros en las decisiones, “porque la gente del Carnaval tiene su guasa gaditana y sus ideas” y había que darles su lugar. También entonces se empieza a materializarse esa división entre el Concurso y el resto de eventos carnavaleros pues se crean dos juntas ejecutivas “porque a los carnavaleros pues les importaba poco la cabalgata u otros actos de la calle”, confirmaba el exedil popular y, como remarcó en un par de ocasiones, integrante del coro de La Salle-Viña.

Y fue justo esa representatividad de los carnavaleros (además de algunas irregularidades en el basamento jurídico que daba forma al Patronato) la que a juicio de Cazalilla se fue “perdiendo con el tiempo” en un órgano “democrático” que “sobre papel” le parece perfecto. Los representantes de la mayoría de las modalidades ya no representaban y “la gente” les demandaba que el control fuera de nuevo a parar al Ayuntamiento. Además, la disolución del Patronato era crónica de una muerte anunciada para los que todavía leen los programas electorales. Adelante Cádiz lo llevaba y el partido que representa Cazalilla barajó la creación de los foros como una manera de devolver esa representatividad más real a los carnavaleros.

De los bailes de máscara (la necesidad o no, ahí también hubo debate entre los alumnos de recuperar la tradición del baile y el disfraz), de la “siempre complicada” elección de un pregonero y del modelo que debe seguir una Gran Cabalgata en un Carnaval como el de Cádiz (asunto que provocó otro nutritivo cruce de opiniones, esta vez, entre Cazalilla y González Piñero) también se entretejieron en un ejercicio de otro tipo de escucha, tan necesaria, del 3x4.

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