Carnaval de Cádiz

Comparsistas solidarios y coplas reivindicativas (1921)

  • Las letras de las agrupaciones sufrieron hace un siglo la censura de las autoridades, sobre todo aquellas que denunciaban la problemática social y económica de la clase trabajadora

Publicidad de un baile de Carnaval en el Teatro Principal, en 1921.

Publicidad de un baile de Carnaval en el Teatro Principal, en 1921. / D.C.

La situación económica por la que atravesaron la ciudad y la provincia en esta etapa fue especialmente delicada debido a la concatenación de causas bélicas (desastre del 98, Guerra de Marruecos y fin de la I Guerra Mundial). La necesidad de pasar de una economía de guerra a una de paz, junto con las crisis agrícolas derivadas de una serie de malas cosechas trajeron consigo paro en el campo y en la ciudad, escasez de alimentos básicos, subida de precios y hambre generalizada. La importación de sal y pescado perjudicó notablemente a las industrias salinera y pesquera. Si a ello le sumamos las reivindicaciones obreras que experimentan un notable auge demandando mejores salarios y jornada laboral de ocho horas, el resultado se tradujo en un movimiento de protestas sociales que se inician entre 1902 y 1905 y que tendrán su periodo álgido en el período 1915-1923.

Las autoridades restringieron la celebración del Carnaval en la calle viendo que podía ser aprovechado por las organizaciones obreras para dar a conocer a la población y a los que acudiesen esos días a la ciudad la situación de precariedad laboral y las dificultades económicas por las que atravesaban. En 1921, las sociedades de resistencia y todos los sindicatos fueron cerrados. También fue objeto de persecución la prensa libre en un claro atentado contra la libertad de expresión. El semanario Bandera Libre fue suspendido, siendo encarcelados su director Diego Rodríguez Barbosa y su redactor José Bonat Ortega. Fueron también detenidos de forma arbitraria muchos obreros por toda la provincia. Esta actitud hostil llegó hasta el Congreso de Diputados, donde Andrés Saborit denunció la sinrazón del comportamiento del gobernador civil.

El clima de alerta policial que se vivía en la ciudad fue utilizado como pretexto por el gobernador civil para publicar un bando donde se prohibía la celebración del Carnaval en la calle. Se permitió celebrarlo sólo en el Parque Genovés, aunque las agrupaciones fueron obligadas a acudir allí con las caretas quitadas sin poder cantar durante el camino. En toda la ciudad no se permitió ninguna clase de celebración carnavalesca bajo la amenaza de fuertes sanciones a los infractores. Estas medidas fueron muy protestadas por gran parte de la población y, en bailes y casinos, se vieron máscaras, haciendo caso omiso a la prohibición. El domingo también hubo caretas por la calle. La presión ciudadana, encabezada por el alcalde Francisco Clotet, hizo que el Gobierno Civil anunciara que no se sancionaría el uso de máscaras. Sin embargo, las presiones populares continuaron obligando al gobernador civil a anular el bando, dejando absoluta libertad el martes de Carnaval.

El Carnaval de mañana (El Noticiero Gaditano 7/02/1921)

“De la Comisaría de Vigilancia nos participan, de orden del señor gobernador civil que atendiendo a requerimientos del vecindario de Cádiz, mañana se celebrará el carnaval en los mismos sitios y en la forma acostumbrada en años anteriores.

Hizo saber el señor gobernador por medio de una nota facilitada a la prensa que el buen juicio y la sensatez de que el pueblo de Cádiz había dado pruebas en los dos primeros días, bien merecía que se suavizaran las órdenes prohibitorias que habían regido hasta entonces y ayer se permitió la circulación de máscaras por las calles y la celebración del Carnaval en los sitios de costumbre...”. (El Noticiero Gaditano 9/02/1921)

El público acudió masivamente a bailes y teatros. Esta situación afectó a muchas agrupaciones que no pudieron dar a conocer sus repertorios de coplas debido al férreo control gubernamental. Sólo se presentaron 5 comparsas al concurso de agrupaciones celebrado en los bajos del ayuntamiento, siendo prevenidos de posibles sanciones económicas. Días después la prensa se hizo eco de la aprobación del reglamento del régimen del Retiro Obrero, suceso histórico para la clase trabajadora.

Esta añorada reivindicación fue alcanzada por fin (El Noticiero Gaditano 21/02/1921): “Conviene tener en cuenta lo que este retiro obligatorio representa en un país como el nuestro de tan precaria economía y tan poco aficionado al ahorro y a la previsión. El retiro obrero obligatorio supone una población asalariada redimida de la miseria de los últimos años de su vida...”.

Estos convulsos años de la historia de la ciudad tuvieron su reflejo en la manifestación antropológica más importante de nuestra cultura festiva. En efecto, en las letras de las agrupaciones se iban a reflejar las inquietudes y reivindicaciones de una parte de la población gaditana. Autores comprometidos como Manuel León, Juan Sevillano y José Poce escribieron coplas solidarizándose con los trabajadores y familias gaditanas, denunciando las duras condiciones laborales y de vida.

Las letras de las agrupaciones sufrieron con más fuerza la censura de las autoridades, sobre todo aquellas que denunciaban la problemática social y económica de la clase trabajadora. Fueron un cauce de expresión del descontento existente recogiendo con gran dramatismo las penurias de muchas familias. Recogemos algunas de las que fueron censuradas oficialmente pero que nadie dude fueron cantadas en la calle expresando de esta forma el compromiso del mundo del Carnaval con la realidad.

Manuel León criticaba en ‘Los Esclavos Rojos’ la situación en la que quedaron los obreros y sus familias durante la huelga de Astilleros. La letra del tango A mí me da vergüenza refleja con toda su crudeza la realidad social poniendo énfasis en las malas artes empleadas por la patronal ante las justas demandas laborales.

Tango Largo

"A mí me da vergüenza/cuando me pongo a pensar, la huelga que tuvieron/varios obreros en esta ciudad. Fue la del astilleros/como ya ustedes recordarán, un grupo de obreros remachadores/pidió el aumento de jornal, porque hoy la vida es imposible/que nadie pueda aguantar. Viendo que la casa tanto tardaba en contestar, hubieron d declararse/en una huelga parcial. Y la respuesta fue cerrar el astillero/a ver si el hambre rendía a los obreros. Eso las leyes lo deben de castigar, porque ha sido una ignominia/dejar a muchas familias/sin el pedazo de pan. La huelga fracasó/por unos cuantos traidores/que sin razón fueron al fin/vendidos a sus explotadores. Pero no es de extrañar que exista tanta traición. Con esa igual hipocresía y beatitud que por treinta monedas/fue Judas y vendió a Jesús".

José ‘Cojo’ Poce reivindicó en la copla Con lágrimas en los ojos de ‘Los Compositores Filarmónicos’ los duros momentos que se vivían en estos tiempos tan difíciles, quedando plasmados en esta dura escena de un comedor de beneficencia.

Pasodoble

"Con lágrimas en los ojos/les vamos a referir, cierto cuadro emocionante/que en esta huelga vimos aquí. Por todas las entidades/pusieron un comedor/donde los días de tragedia/tenían los niños su manutención. Cuando esos seres/llegue su día/que se den cuenta/de la verdad/aquella sangre, llanto y suspiros, con que alegría/la vengarán. Un día que de visita/fuimos a dicha Sociedad, un niño de cinco años/a los presentes nos hizo llorar. Parte del pan se guardaba/bajo su blusilla remendá, cuando le dijo su padre: Pocas ganas tienes hoy de almorzar. Entonces el niño con pena estas dos palabras contestó: Esto que guardo/es para mi pobre madre, que la infeliz de hambre/se muere en un rincón".

Componente de 'Los Compositores Filarmónicos', foto de la colección de la familia Viruel cedida por Kiko Camacho. Componente de 'Los Compositores Filarmónicos', foto de la colección de la familia Viruel cedida por Kiko Camacho.

Componente de 'Los Compositores Filarmónicos', foto de la colección de la familia Viruel cedida por Kiko Camacho. / D.C.

Juan Sevillano fue otro autor comprometido y crítico con el poder y la situación económica y social de la población. En este tango de ‘Los intelectuales rusos’ denuncia que unos pocos lo acaparen todo y la mayoría, clase media y trabajadores, lo pasen muy mal.

Tango

"Hoy mi pobre España está/que es imposible vivir/y de nada protestamos, a todo nos resignamosaunque nos veamos morir. No existe una autoridad/que se encuentre con valor/para dictar leyes duras/que hagan meter en cintura/a tanto acaparador que ha perdido la conciencia y se vienen mofando del pueblo español. Con el mezquino jornal/que disfrutamos los productores/solo podemos vivir/entre miserias mil sinsabores. La clase intelectual que desvela en sueños con goces tan solo para brindar con su ciencia a la humanidad también se ve amenazada con el fantasma del hambre, viéndose que están viviendo en estado deplorable. Esto viene a demostrarnos que el gran genio varonil que existió en la antigüedad se ha acabado en mi país. Hoy debemos pedir con valor aquí en Cádiz a nuestra autoridad que se ocupe de esta situación tan cruel y el pueblo le aclamará, porque creo que no existen leyes que le obliguen de hambre a morir a la clase media, al obrero a la ciencia en general existiendo ante todas las leyes para los mortales la ley natural".

Hubo más coplas comprometidas y solidarias durante este agitado Carnaval de 1921. Durante la huelga del transporte la patronal recurrió a la contratación de esquiroles que exacerbaron aún más los ánimos de los obreros y de sus familias. La miserable actitud de patrones y contratados fue denunciada en el tango Ese gran sindicato de ‘Los esclavos rojos’ de Manuel león. Mostrar en toda su crudeza la situación lamentable de muchas familias frente a la hipocresía imperante en ciertos sectores sociales, queda recogido en el duro tango Dar de comer al hambriento de ‘Los esclavos rojos’, que pone de manifiesto las abismales diferencias entre pudientes y pobres. La inútil y dolorosa muerte de tantos soldados de familias trabajadoras en la guerra de Marruecos es contrapuesta en el tango Las fieras también lloran de ‘Los esclavos rojos’, a la del hijo del conde de Romanones que también fue víctima de este conflicto internacional.

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