Con los deberes hechos con nota, la comparsa liderada por Tamara Beardo demuestra con creces que no está de más en una fase en la que se estrena. Todo lo contrario, ya que disfrutan de un merecido pase. Lo consiguen mostrándose igual de atinadas en las letras, una interpretación con maestría y una música de pasodoble magistral del Lacio. Abren la tanda de pasodobles con una primera copla contra la violencia machista a partir de las 13 mujeres que ya han fallecido en España por esta lacra en 2023. Dan un suspenso general a la población entre la necesidad de que se den lecciones desde la infancia y los estereotipos que se repiten. Todo ello para recordar que este año falta el romancero de Eva Aza. Rozan la matrícula con el tirón de orejas que le dan a la afición en la segunda. Dan las gracias al público por no irse tras cantar Martínez Ares, pero muestran su pena porque “este aula se quede vacía en cuanto dan su clase los ilustres maestros”. Por ello, sentencian con acierto al decir que “no digas que eres un buen aficionado” si te marchas en mitad de una función. Unos trompazos muy relajados que dan en un banco y los problemas de calvicie de su pareja, que quiere irse a Turquía aunque en casa tiene los pelos que él quiere en su pareja dejan dos cuplés que solo progresan adecuadamente. Aunque la clase se cierre, la lección queda muy bien aprendida para el futuro.

Hasta aquí

Actuación de cuartos

el tipo. Maestras. las coplas. Clases de gaditanismo y Carnaval. Asignaturas con 3.000 años de historia. La comparsa dirigida por Tamara Beardo confirma las buenas sensaciones de su primera actuación gracias a dos buenas letras de pasodoble, un grupo que canta con gusto y un pasodoble que atrapa con suma facilidad. Con una idea bien estructurada que sirve para dar clases de magisterio sobre Cádiz a lo largo del repertorio, el tipo sigue estando bien presente en las coplas de estreno para hilvanar las ideas. En el primero, dan una clase de matemáticas para piropear a Cádiz, una ciudad que es la suma de un montón de pueblos, sabe restar la pena de cualquier tragedia, multiplica los panes y los peces o minimiza las miserias, por lo que “hace de la vida una ciencia exacta”. La maestría se mantiene en la segunda copla a Andalucía a partir de la historia y la geografía, una tierra que “no es un país ni quiso serlo” y que pide respeto ante los que se burlan de su historia, memoria y gente, algo que es “de catetos”. Bien tirado el primer cuplé a las excursiones de botellón y sexo en Carnaval, a lo que contestan que “si las piedras son duras, más duras son las gaditanas”. Cameo innecesario del Canijo en el segundo cuplé para ofrecerle un trato a Kichi por el que se cambian la ropa, quedándose el Canijo el pantalón de ‘Los musiquitas’.

Preliminares

El tipo. Maestras. Las coplas. Clases de gaditanismo. Enseñanzas de 3.000 años de historia plasmadas en cada una de las materias que se dan dentro de un aula. Esta comparsa deja buenas sensaciones gracias a un repertorio bien estructurado en torno a las asignaturas, la alegría en las formas, el buen grupo y, sobre todo, una música de pasodoble con el sello inconfundible del Lacio que se pega muy rápido. Agradable al oído desde la presentación, entre metáforas educativas con Cádiz y el Carnaval, las lecciones de los pasodobles progresan adecuadamente. En el primero, que sirve para apoyarse en la música y hacer que brille por encima de la letra, sientan sus bases como carnavaleras al decir en el inicio que no vienen porque una comparsa de mujeres pasara a la final, sino porque “soy comparsista”. Una definición para decir lo que se siente y piropear a Cádiz. Llegan al notable en el segundo a los aviones de papel, esos que sirven para hacer la guerra y hacen que el hombre pierda los papeles. Aprobado raspado en los cuplés, en los que al Bizcocho le falta levadura y Quiñones se va a poder inspirar en todos los famosos que han muerto este año. El repaso a las materias del popurrí, sobre todo la lengua gaditana, culmina la actuación con buena nota.

Buena.

La previa

'La tía de la tiza' es una comparsa de nueva creación para el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla de 2023. Al frente de este proyecto está el prolífico autor José María Barranco Cabrera el Lacio, que para la presente edición del COAC también será autor de las chirigotas 'La chirigota del Lazio', 'Fariña de mis ojos' y 'El niño de Isabelita'. 

En un principio, esta comparsa iba a suponer el regreso al certamen de coplas de Antonio Pedro Serrano el Canijo tras no estar presente en la edición de 2022, aunque finalmente no aparece en la ficha oficial a pesar de haber sido anunciado. 

La directora de esta comparsa será Tamara Beardo, que vuelve a la fiesta tras llevar retirada de ella desde el año 2014, en el que participó como componente de la comparsa 'La mecha'. Comenzó en la cantera en comparsas como 'Creyentes', 'Tradición gitana', 'Las libertarias' y 'La guardia'. A la categoría de adultos dio el salto en 2005 de la mano de Juan Fernández con 'Gatos: la revolución de los felinos', siguiéndole 'El sueño de una noche gaditana' y 'La reina'.