Entrevista

'El Chato': “Hace 80 días no existía la comparsa y hoy cantamos en el Falla: eso ya es un logro”

‘El Chato’ en el Teatro Falla el pasado lunes.

‘El Chato’ en el Teatro Falla el pasado lunes. / Julio González

Francisco Javier Ramírez ‘Chato’ regresa hoy al tajo de las coplas como coautor de la comparsa ‘Los fabricantes’. Su última aparición fue ‘Los salvajes’ en 2020, que supuso la retirada de Faly Mosquera de la modalidad. Antes, con este director y con Joaquín Quiñones, el Chato disfrutó de una gran etapa tocando la caja desde 2003 a 2013. Luego, tras una época cantando coplas de Bustelo o Remolino, se unió a Tomy Alemania para componer ‘Los zincalé’ (2018), ‘La manada’ (2019) y la citada ‘Los salvajes’ (2020).

–¿Cómo ha llevado la preparación de su comparsa con la cercanía de la Navidad y debutando en el COAC tan pronto?

–Con mucha intensidad. No se puede dejar a un lado la Navidad porque uno tiene familia, pero estás en la cabalgata recogiendo caramelos y le estás dando vueltas al cuplé que se metió hace dos días y que está verde. Así, pendiente de dos fiestas. Pero bueno, cuando sacas una agrupación y el Carnaval cae así, asumes las consecuencias.

–¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene cantar tan pronto?

–Es cierto que las agrupaciones que cantan los primeros días cuentan con el problema de tener que acelerar los ensayos, pero también con dos ventajas. Una de ellas es que puedes soltar antes que los demás letras que tú sabes que son temas que van a repetirse mucho. Y otra, que cantando pronto tienes tiempo hasta cuartos de final para meter letras, para reaccionar, para pulir el repertorio.

–¿Qué van a encontrar los aficionados cuando vean y escuchen a ‘Los fabricantes’?

–Pues el perfil que nosotros hemos mantenido en las comparsas que sacamos antes de la pandemia tanto Tomy como yo, y ahora con la incorporación de Patri en la letra. Lo que hemos mamado desde pequeños por nuestros papás -él es hijo de un célebre comparsista con su mismo apodo y Tomy, del gran Alemania- y la que nos gusta. Una comparsa más clásica, si se le quiere llamar así. Porque a veces ya no sabe uno qué es clásico y qué no lo es.

–Comparte autoría en letra por primera vez con una mujer, Patri Andrés, ¿cómo ha sido la experiencia y qué cree que aporta ella a la comparsa?

–Ha sido una experiencia genial. Se han hecho muchas cosas del repertorio al alimón entre ella, Tomy y yo. Patri aporta una sensibilidad y una visión particular de las cosas que no difiere mucho de cómo las veo yo, pero que tiene matices. Desafortunadamente por cómo está la sociedad, hay temas que no los ve igual una mujer que un hombre. Hay temas tocados por ella con una delicadeza y un prisma diferentes.

–Esta vez se confía la dirección de la comparsa a otro histórico, hijo de otro ilustre como Catalán Grande, como es Paco Trujillo ‘Catalán’. ¿Qué valoración hace de su aportación?

–Estoy muy contento. Nos conocíamos del mundillo, pero no habíamos coincidido saliendo. Cuando Patri, Tomy y yo no sabíamos qué íbamos a hacer, porque nos hacía falta alguien que tirara del grupo y montara el repertorio, surgió la posibilidad de que Paco dirigiera y nos pareció una buena opción. Es un director con garantías.

–Y en el grupo, gente con mucho recorrido.

–Una vez fichado Paco, dimos unos cuantos telefonazos y cuando nos dimos cuenta teníamos un grupo, con experiencia, con gente de nuestra misma edad que entiende el Carnaval como nosotros. Hace 80 días no existía la comparsa. Sin recursos económicos. Y este miércoles cantamos en el teatro. Eso ya es un logro tal y como están las cosas en el Carnaval. Y si me apuras, hemos ensayado no más de diez días los quince juntos.

–¿Cómo lleva la transición de ser presidente del jurado a ser de nuevo participante?

–Con naturalidad. El hecho de estar en el jurado no me hizo cambiar mi visión del concurso. Sigo pensando que estamos a expensas del gusto unas personas. No se le puede dar más vueltas. Si alguien tiene una fórmula distinta, que la presente. El gusto es subjetivo, no hay otra. Se me han quejado algunos por el resultado en el COAC 2023 y es la misma sensación que yo tengo cuando salgo: creer que uno merece más. Pero al día siguiente se te tiene que pasar el cabreo. Porque a quienes te puntúan le ha gustado esa agrupación un poquito más que la tuya. Y eso es irremediable. Por eso me lo tomo con naturalidad, porque sé que me va a pasar este año. En mi último año, con ‘Los salvajes’, quedé en el puesto 14. Yo creía que llevaba una buena comparsa, con calidad para estar en semifinales, pero… cuando yo escuché las diez semifinalistas pensé ‘a quién quito’. Todas lo merecían.

–¿Qué consejos le daría a Juan Carlos Reina, el presidente del jurado de este año?

–Es alguien con la cabeza bien amueblada y pocos consejos le puedo dar. Sí que le puedo comentar lo mismo que comenté a mis vocales y a mí mismo: que tenga el paraguas abierto y la espalda lo más ancha posible para que todo le resbale. Sí o sí el jurado se va a equivocar, precisamente por lo que hablábamos antes de los gustos. En lo que no te puedes equivocar es en las cuestiones técnicas, las obviedades. Un grupo desafinado, mal cantado, mal ejecutado, no le puede ganar a otro que sí lo está. Ahora bien, cuando hay siete u ocho grupos que están bien cantados, ya entra el gusto. Y deben marcar la diferencia ya las letras. Votan los cinco que están arriba, los que están en tensión, con momentos de nervios, con la repercusión de lo que se escucha dentro, de las redes sociales, de la prensa… toda esa bola deben dejarla aparte y valorar a los grupos honestamente. Porque si nos dejamos arrastrar por las olas, siempre ganarían los mismos, los que tienen más seguidores… y a eso no podemos jugar. Dicen que los puntos son los padres. Bueno, vale, pero lo que yo pienso debo reflejarlo de alguna manera. Así lo dice el reglamento.

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