El tren de la ilusión cadista se detiene hoy en la Ciudad de Deportiva de Lucena. Enderezar el rumbo a domicilio es el objetivo inmediato del Cádiz si quiere mantenerse en la zona alta de la tabla y regresar a una primera posición que ahora ocupa un Murcia hasta el momento intratable que hoy tiene un difícil compromiso en Ceuta.

No se presenta fácil el partido para el equipo de Risto Vidakovic aunque a priori el rival es inferior. Ninguno lo es, como ya quedó demostrado en las últimas salidas a El Ejido y Lepe, saldadas con dos derrotas que dolieron por la pérdida de los puntos y la forma en que cayeron los gaditanos.

La victoria contra el Écija la pasada jornada llevó la calma a las aguas que bajaban revueltas por mor de los tropiezos sufridos en octubre. Por primera vez en lo que va de campeonato liguero, el Cádiz pasó una jornada fuera de los cuatro primeros puestos -los que dan pasaporte a la fase de ascenso- a los que retornó de manera fulgurante gracias a una superioridad sobre el cuadro astigitano traducida en cuatro goles, tres puntos y la tercera posición provisional en el podio del grupo IV.

Pese al holgado triunfo, el duelo contra los ecijanos dejó un par de aspectos preocupantes: la discreta segunda parte de los amarillos y la imagen desoladora de unas gradas semi desiertas en el estadio Ramón de Carranza. La apatía de la afición es un quebradero de cabeza para el consejo de administración y el próximo domingo se verá si el respetable acude o no al estadio. Una victoria en la jornada de hoy, acompañada de buenas prestaciones, contribuiría a recuperar la confianza de los hinchas. Algunos de ellos, no muchos, estarán hoy en la localidad cordobesa para dar aliento a su equipo.

La de hoy se presenta como una buena ocasión de reflejar en el campo que la lección recibida en las recientes visitas ha quedado aprendida. La misión es complicada por varias razones. La primera, el terreno de juego es de césped artificial. La plantilla del Cádiz se ha ejercitado esta semana sobre esta superficie y ha jugado un partido contra el Conil modo de ensayo. La segunda dificultad estriba en que el campo es de pequeñas dimensiones. La tercera, el Lucena saldrá con el cuchillo entre los dientes y espoleado por su hinchada con la intención de romper su racha negativa de cinco jornadas sin ganar y hacerlo además contra uno de los grandes de la categoría.

Más allá del juego de toque que caracteriza a los amarillos, el encuentro requiere otros argumentos que se presumen indispensables para cazar los tres puntos en liza. El propio Vidakovic reconocía el viernes que habrá que cambiar algo la forma de jugar para afrontar un choque en el que la conducción del balón pasa a un plano secundario. De hecho, esta semana ha entrenado acciones que hoy deberá cuidar el equipo: los rechaces, las jugadas a balón parado, las segundas opciones, las líneas bien cohesionadas e impedir que el equipo lucentino se crezca con el aliento de su público. Y desde luego, salir con la máxima intensidad desde el primer minuto para evitar sorpresas.

El entrenador apostará por el bloque que comenzó el partido contra el Écija, con el previsible regreso de Álvaro Jurado al once titular una vez cumplido el partido de sanción y el estreno como titular de José Miguel Caballero en lugar del sacrificado Fran Cortés, que no viaja con el grupo.