'Que el ritmo no pare' es una canción que hizo famosa Patricia Manterola hace ya algunos años. La letra de esa composición, en la que se solicita que la 'marcha' no cese y que todo el mundo se divierta olvidándose de todo en la fiesta, refleja lo que se está viviendo en Chapín y lo que tanto Esteban Vigo como sus futbolistas pretenden que se vuelva a repetir hoy ante el Girona. Eso sí, siempre y cuando el equipo haga los deberes de una forma correcta.

La lógica dice que el Xerez debe sacar adelante con solvencia su segundo partido consecutivo en casa, lo que supondría su cuarto triunfo seguido y mantener el liderato una jornada más, al margen de encadenar la friolera de quince victorias como local sobre dieciséis. Pero en el fútbol de vez en cuando dos y dos no son cuatro, ni siquiera cuando el rival sólo ha ganado un choque lejos de Montilivi.

El encuentro ante el cuadro catalán puede tener trampa. De entrada, Raúl Agné no las tiene todas consigo, ha estudiado bastante al rival y tiene la intención de cambiar su forma de jugar para evitar que los azulinos sigan sumando goles como rosquillas en casa. Claro, que Salmerón, técnico del Alavés, también apostó por jugar en Chapín de forma distinta y se llevó una 'manita'.

Esteban esta semana no va a poder repetir el mismo once de las últimas jornadas, ya que Pedro Ríos finalmente se ha quedado fuera de la lista de convocados por culpa de la subluxación en el hombro izquierdo que se produjo en el entrenamiento del pasado martes. La baja de Ríos deja abierta, casi con total seguridad, las puertas de la titularidad a Carlos Calvo, que en los últimos encuentros apenas había tenido minutos. El madrileño es el recambio natural, aunque Vigo también podría dar entrada en la banda a Sarmiento o incluso adelantar a Francis y colocar a Redondo de lateral, una opción menos probable porque conllevaría retoques en más de una línea. La gran novedad en la lista es la presencia de Jorge Luque.