Fútbol El Cádiz CF, muy atento a una posible permanencia administrativa

Cádiz-almería b

Tres puntos más cerca del objetivo (3-0)

  • El equipo amarillo exhibe su calidad en ataque para sumar un solvente triunfo con el que se hace más fuerte en el liderato. Juan Villar abre la cuenta, Kike Márquez encarrila el partido y Jona redondea la faena

La velocidad de crucero que ha impuesto el Cádiz, más allá de algún tropiezo puntual, le conduce de manera inexorable a la fase de ascenso como campeón del grupo IV salvo hecatombe inesperada en la recta final del campeonato liguero. El conjunto amarillo fortalece aún más su sólido liderato gracias a la holgada victoria frente al tercer clasificado, el Almería B, que plantó cara hasta que no le quedó otra que sacar la bandera blanca ante la descomunal pegada de un equipo al que no le hace falta brillar en exceso para producir goles. Tres fueron ayer, firmados por Juan Villar, Kike Márquez y Jona. Los gaditanos, sin generar tantas oportunidades como en duelos precedentes, estuvieron más acertados que el rival en las áreas, la zona caliente donde se deciden los encuentros. Y ahí fue superior el Cádiz.

El líder tuvo que trabajar a destajo para sacar adelante un partido que dominó con claridad en la primera parte pero se fue de las manos en la segunda hasta que el segundo tanto apaciguó a un filial con calidad de la media hacia arriba aunque algo blando atrás.

El triunfo devuelve al estadio Carranza el sello de fortín tras la anterior derrota ante el Sevilla Atlético, que ahora queda en mera anécdota. Esta vez sí encontró huecos el Cádiz en la zaga de un conjunto que arrastraba cinco jornadas consecutivas sin conocer la derrota.

Claudio apostaba en la medular por la inédita pareja formada por Mantecón y Navarrete ante la ausencia de Juanma Espinosa por lesión y el regreso de Garrido al banquillo después de haber permanecido casi un mes de baja. En punta, los artilleros Airam Cabrera y Jona, flanqueados en las bandas por Juan Villar y Kike Márquez. En la zona trasera, los hombres habituales.

Dominaban con claridad los amarillos dede el pitio inicial en busca de un gol tempranero con el que tratar de desactivar el entusiasmo del adversario. Óscar Rubio era el primero en intentarlo con un derechazo desde la frontal del área en el minuto 5 que se marchaba alto no muy lejos de la portería visitante.

El balón sólo tenía un dueño. Lo movían con soltura Mantecón y Navarrete en la zona ancha y el esférico llegaba con facilidad por ambas bandas, pero faltaba la profundidad necesaria para hacer daño de verdad. Mientras los locales se las ingeniaban para tratar de hacer saltar el cerrojo, pasado el cuarto de hora los rojiblancos daban sus primeras muestras de calidad en ataque con una acción que a punto estaba de acabar en gol. Un centro medido de Puertas desde el costado izquierdo lo despejaba a córner Andrés Sánchez una milésima de segundo antes de que Hicham, solo en el segundo palo rematase a placer.

El peligroso acercamiento de los visitantes se convertía un serio aviso para el líder, que no estaba dispuesto a repetir disgusto en casa y respondía de manera inapelable con un golpe en la línea de flotación del rival. Y es que para calidad ofensiva la del Cádiz, que no perdonaba en la primera llegada seria al área merced a una brillante combinación del tridente goleador. Corría el minuto 24 cuando Jona recibía en tres cuartos, servía a Airam Cabrera por la izquierda, el canario centraba con precisión al corazón del área y Juan Villar aparecía en el segundo palo para empujar el esférico al fondo de la portería. El onubense, atento y sin oposición, aprovechaba el error de Adri para poner con ventaja al anfitrión.

El partido se ponía de cara para el equipo que más lo había intentado, aunque un cabezazo de Puertas detenido por Aulestia, dos minutos después del 1-0, llevaba como mensaje implícito que aún quedaba mucha tela por cortar. Sin ningún tipo de presión resultadista, el filial almeriense estaba dispuesto a complicarle la vida a un equipo, el gaditano, que siempre se mueve con la exigencia de sumar los tres puntos.

Pocas ocasiones más fabricaban los hombres de Claudio antes del intermedio. En el 33, Kike Márquez tenía el segundo en sus botas, pero su remate con la zurda se escapaba por encima del larguero tras una buena jugada de Juan Villar y Jona. Poco más daba de sí el primer acto salvo una falta indirecta dentro del área almeriense mal lanzada por los locales (minuto 40) poco después de un testarazo de Puertas a la salida de un saque de esquina que abortaban entre Aulestia y la zaga cadista.

El descanso llamaba a la puerta con una ventaja mínima del líder y todo por resolver en los 45 minutos restantes.

Los amarillos se veían sorprendidos por la salida en tromba del Almería B en la reanudación. En el 48, Óscar Rubio se anticipaba a lo justo Dani Romera, solo en boca de gol tras un centro de Akrong. Metían los rojiblancos el miedo en el cuerpo a un equipo gaditano adormecido de manera inexplicable. Un centro chut de Óscar Rubio atrapado por Gianfranco (minuto 51) era la única noticia en ataque de un líder encogido si venir a cuento. Claudio no tardaba en mover el banquillo y apostaba por la velocidad y el desborde de Migue García, que ocupaba la plaza de Juan Villar en la banda derecha con casi toda la segunda mitad por delante.

Los amarillos se empeñaban en regalar la pelota a un rival que de nuevo veía cerca el empate merced a un cabezazo de Puertas (en el 60) que no encontraba premio de milagro. Cuando más oscuro era e lpanorama, llegaba la jugada que cambiaba el rumbo del partido. En el 61, Kike Márquez recibía un servicio de Airam Cabrera en el lado izquierdo del área, se acomodaba el balón al pie derecho y con un sutil toque de calidad lo cruzaba para colocarlo junto a un poste lejos del alcance del cancerbero. Una definición perfecta que resume la clase del sanluqueño

El gol tenía un efecto revitalizador. El Cádiz recuperaba el pulso justo a tiempo y dejaba el encuentro encarrilado cuando peor lo estaba pasando. Con el 2-0, el preparador cadista daba descanso a Airam a la vez que hacía reaparecer a Garrido para apuntalar el centro del campo. El vasco se unía a Mantecón y Navarrete adelantaba su posición a tres cuartos. Un cambio defensivo para dar un respiro al equipo. Los visitantes, sin nada que perder a esas alturas, se iban a arriba a la desesperada y ofrecían espacios para sucesivas contras de los locales.

En el minuto 78, Jona se reencontraba con el gol para poner la guinda. El delantero servía a Kike Márquez, que en el segundo intento devolvía la pelota al malagueño, que dentro del área resolvía solo delante del portero. La pegada descomunal arriba facilitaba la resolución del choque con un marcador abultado inimaginable al inicio de la segunda parte.

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