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La luz del continente pobre

  • La nación anfitriona se ilusiona en marcar al mundo el despertar de África

Suráfrica fijó ayer la hoja de ruta del Mundial de fútbol 2010 enarbolando la bandera de todo un continente ansioso por brillar. El sorteo del torneo futbolístico más importante del mundo no fue generoso con los anfitriones deportivamente, pero sí sirvió para lanzar un claro mensaje al mundo. "Estamos preparados", repitieron desde el presidente del país hasta el del comité organizador.

No faltó de nada. Ni la mascota Zakumi, ni el balón Jabulani. Ni el Pata pata del Soweto Gospel Choir ni el pop pegadizo del Scatterlings of África de Johnny Clegg. Bailes, colores y símbolos de África, la palabra más escuchada en la abarrotada sala de ceremonias del Centro de Convenciones de Ciudad del Cabo. Suráfrica lleva el nombre del continente integrado en el suyo y no dudó en erigirse en portavoz de la región más pobre del mundo. "En África, el fútbol disfruta de gran popularidad. Por eso es tan importante tener el Mundial por primera vez en el contintente", dijo Nelson Mandela, que a sus 91 años prefirió no asistir al sorteo y envió un mensaje en vídeo.

"Nos sentimos privilegiados y honrados. Hacía mucho que esperábamos que el Mundial llegara a África. Ke Nako. Llegó la hora", dijo el ex presidente surafricano, que arrancó uno de los aplausos más fuertes de la noche. Tras el gran símbolo de la liberación negra en Suráfrica, llegó el turno para los mandatarios del momento: Jacob Zuma y Joseph Blatter.

El presidente de Suráfrica y el jefe de la FIFA recibieron de manos del presidente de la Federación Italiana, última campeona, el trofeo de la Copa del Mundo. "El mundo se va a sorprender cuando la copa venga aquí", advirtió Zuma. "Y espero que al final del torneo se quede en África", añadió el mandatario. Blatter advirtió repetidas veces a los organizadores que debían apremiarse en los preparativos, pero ayer todo fueron buenas palabras. "Tuvimos confianza en las capacidades de Suráfrica", dijo el carismático dirigente suizo de 73 años. "No sólo vendrán los mejores jugadores, sino también el reconocimiento. Ustedes han esperado mucho. Y ya está aquí".

Ya sólo faltaba decidir quién jugaba contra quién. La temperatura empezaba a subir, y aún lo hizo más cuando la oscarizada Charlize Theron hizo su entrada en el plató enfundada en un electrizante vestido rojo. Los premios Nobel de la Paz Desmond Tutu y Frederik W. de Klerk esperaban junto a la mayor parte de los entrenadores y viejas leyendas, como el portugués Eusebio y el camerunés Roger Milla, a que llegara el momento culminante. Suráfrica, la peor ranqueada de las 32 selecciones, tendrá difícil llegar lejos, pero quizás el triunfo del país pasa por otro lado: la oportunidad de demostrar al mundo que la nación arcoiris y el continente están preparados.

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