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La distracción de las estrellas

  • Con la Copa ya aparcada hasta la final de mayo, la vuelta de la Champions lleva a la Liga a otro escenario, con su 'glamour' y su exigencia como peligros para el trío de cabeza.

La corriente positiva hacia el Barcelona, que emana desde la admiración por su vistoso juego, lleva a la sensación de que el campeón y líder lo tiene aún mejor de lo que lo tiene. Vale que tiene pendiente el partido en El Molinón, de mañana miércoles, y que si lo saca adelante -Abelardo, entrenador del Sporting, piensa más en el partido siguiente ante el Betis en el Villamarín que en el inminente ante su público-, el Barça se aleja a seis puntos más el average del Atlético (60 por 54) y a siete del Real Madrid, que debe visitar el Camp Nou. Un decorado azul y grana.

Pero la situación objetiva no es tan volcada hacia el defensor del título como refleja el sentir de la opinión pública. El Atlético está ahí al acecho y el Real Madrid un tanto de lo mismo. Con mucha más prosa que poesía, a diferencia del gran club catalán, pero siguen a rebufo, haciendo la goma.

El Barça aprobó con nota dos escollos durante el paréntesis de la Liga de Campeones, que en su caso se cerrará la próxima semana con la visita a Londres para volver a cruzarse con el Arsenal: mantener el nivel en la Liga, a pesar de la limitada plantilla, hasta sumar a Arda Turan y Aleix Vidal a la causa, lo que ya han hecho con éxito, y asegurarse un lugar en la gran final de Copa anunciada para el 21 de mayo, lo que también hicieron con suficiencia, sin más desgaste del que pretendía Luis Enrique.

Ahora, la temporada entra en un escenario distinto. Vuelve el gran factor de distracción para los mejores: la Champions. Los tres españoles que quedan en liza después de que Sevilla y Valencia cayeran a la Liga Europa son justamente los tres aspirantes a conquistar la Liga. Y en los tres casos, son favoritos a pasar sus eliminatorias de octavos de final: el Barça con el Arsenal, el Real Madrid con la Roma -ojo, que los italianos están otra vez mejor que hace unas semanas- y el Atlético ante el PSV Eindhoven.

De hecho, en las casas de apuestas, los tres españoles son los principales favoritos a conquistar la copa de las grandes orejas con la excepción del Bayern Múnich, segundo en el escalafón por detrás del Barça. Tercero es el Real Madrid y cuarto el Atlético. La lógica invita a pensar que el trío llegará lejos en la competición que más desgasta a nivel de clubes. E incluso no sería de extrañar que algunos se vieran las caras, como viene siendo habitual en las últimas temporadas.

El Atlético parece sobreponerse de la marejada que supuso su eliminación de la Copa ante el Celta, que coincidió con ese tropiezo en casa ante el Sevilla (0-0) y la posterior derrota en el Camp Nou. Sigue con su férreo y eficaz método: gol, ventaja en el marcador, victoria asegurada y a otra cosa. Si encima se les suma definitivamente a la causa el líder espiritual, Fernando Torres, serán más peligrosos porque corregirán ese déficit que vienen arrastrando arriba, en las que tanto tienen que ver las decepciones de Jackson Martínez y Vietto.

Acometen una semana, la próxima, de órdago: reciben al Villarreal el domingo 21, van a Eindhoven el miércoles 24 y reciben al Real Madrid el sábado 27.

El que pierda ese derbi puede descabalgarse de la lucha por la Liga. Si el Madrid sale indemne de esa visita al Manzanares, tendrá en su calendario otro puerto de categoría especial si elimina a la Roma: la ida de los cuartos de final de la Champions está fijada inmediatamente después del Barça-Madrid. Llega la Champions. La que tanto aceite echa al pavimento de la Liga. Ojo a los derrapajes.

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