Puerto Real ha dado el último adiós a Eduardo García Feria, una persona estrechamente vinculada al fútbol de la localidad a lo largo de toda su vida y que ha fallecido recientemente. Feria, que era como se le conocía desde su etapa como futbolista, llegó a presidir el Puerto Real CF.

La Villa, buena parte de su historia balompédica, se entiende con la rúbrica de Eduardo Feria en muchas facetas. Desde aquellos últimos años de la décadas de los años 50 jugando en los juveniles de La Salle PR hasta su papel como presidente del Puerto Real CF. Todo ello sin olvidar que fue fundador del Sindicales CF, una entidad histórica de esa misma localidad que desde hace unos años dejó de competir en las ligas federadas.

Además, la faceta de futbolista en activo también le llevó a defender la camiseta del equipo puertorrealeño y la de otros como el Jerez Industrial, Arcos, Arenas y el propio Sindicales CF por el que tanto luchó.

Su periplo recoge también su papel como presidente y entrenador de la Peña Sevillista, que tanto peso tuvo en Puerto Real en la faceta formativa de jugadores. Tampoco hay que olvidar su paso por el banquillo del Marismas.

En 1990 accedió a la presidencia del Puerto Real, tomando el relevo a Manolo Márquez cuando el club venía de unos años malos en el aspecto económico por la acumulación de un déficit que en aquel momento rondaba los siete millones de pesetas (42.000 euros). Manolo Márquez dejó al equipo en Tercera, tras una permanencia angustiosa cerrada en la última jornada.

Eduardo García Feria iniciaba un ciclo nuevo como máximo dirigente y le tocó una campaña muy dura por las limitaciones en el aspecto monetario y los malos resultados, ya que una cosa arrastró de otra y desde las primeras semanas de competición el equipo, de la mano del técnico Paco Caro, se fue hundiendo en la clasificación hasta descender como colista para vivir siete largos años de travesía por Regional Preferente (hoy equivalente a División de Honor).

Feria se dejó el alma en el tiempo tan complicado que le tocó estar al frente de la nave puertorrealeña, viviendo el mal momento deportivo y el desencanto de una afición que dejó de acudir en la cantidad que tenía acostumbrada al Sancho Dávila, lo que se tradujo en una recaudación por concepto de taquilla que estranguló aún más la economía del club.

Con el fallecimiento de Eduardo García Feria se marcha una parte importante de la historia del fútbol puertorrealeño y una persona muy querida por sus paisanos.