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Fútbol | Segunda B

Nuevo batacazo del San Fernando y Stankovic queda contra las cuerdas

  • El equipo isleño no levanta cabeza y cae ante el líder, el Algeciras (1-2)

Lolo González avanza con el balón en presencia de Marc Llinares.

Lolo González avanza con el balón en presencia de Marc Llinares. / SAN FERNANDO CD

Ésto parece tener poca solución. Es más, este San Fernando CD da toda la impresión de que es un barco a la deriva, cuyos mandos no tiene en su poder ni capitán, ni timonel. La derrota ante el Algeciras no ha hecho más que ahondar en una herida abierta.

Por eso, tras visto lo visto, hay que cambiar el rumbo, dar un giro en el barco, porque la deriva que lleva solamente le puede conducir a que la familia azulina se estrelle en una temporada que se planteó como ilusionante y que en estos momentos es un calvario.

El Algeciras salió de San Fernando más líder y mucho más reforzado. Y el San Fernando terminó el derbi mucho más hundido y desesperado. Esa es la lectura de un partido que, si por momentos tuvo tintes de dramático, en otros imperó el desasosiego y el anarquismo. Los de Salva Ballesta se llevaron los tres puntos ofreciendo orden, concierto y oficio. Haciendo las cosas bien, o más, haciendo las cosas que hay que hacer para ganar un encuentro.

Y eso que los isleños no comenzaron el partido como nos tiene acostumbrado. La apuesta de poner a sus dos hombres más atacantes en liza, Dopi y Francis Ferrón, era situación inequívoca de las urgencias que existían en lograr los tres puntos.

Pero faltaba patrón de juego, faltaba consistencia en defensa, faltaba conjunción, todo lo contrario que ofrecía, con desparpajo, el equipo algecireño que fue el primero en llegar al portal contrario merced a un disparo de Dani Espejo al que contestó Perales como pudo. Era el minuto 3.

Pero los isleños querían cambiar lo ofrecido en otros partidos y, aunque no existía mucha fluidez en su juego, si es cierto que la calidad de los componentes de su plantel le permitía crear, al menos, ocasiones de gol. Hugo Rodríguez lo intentó en el 18’ en un saque de esquina que tuvo tintes de gol olímpico y en la continuación de la jugada el recuperado Gabi Ramos centró para que Dopi luchase con el remate que Dani Espejo enviaba a córner. Corría el minuto 18.

Siete después llegó el jarro de agua fría. Los algecireños trenzaron una jugada que terminó con un pase interior al rapidísimo Álvaro Romero que batió por bajo a Perales. La cara de los jugadores azulinos eran verdaderos poemas y, mucho más cuando antes del descanso Lolo González veía su segunda cartulina amarilla que le obligaba a abandonar el partido y dejar, para toda la segunda mitad, a su equipo con diez efectivos sobre el campo.

La solución que encontró Stankovic fue positiva. Los isleños cambiaron a tres centrales con dos carrileros largos que, en un visto y no visto le dio la solución, al menos inmediata.

Un centro de Biabiany, terminó con remate impresionante de Hugo Rodríguez que Guille Vallejo despejó a duras penas para dejar el balón suelto y para que Dopi anotara el que ha sido el primero, y único, tanto del cuadro azulino en el Iberoamericano de Bahía Sur en lo que va de temporada. El partido hacía dos minutos que se había reanudado.

Encendió, vuelvo a insistir, sin mucho orden, el choque los de La Isla, que volvieron el partido en un ir y venir que, lógicamente ante la calidad que atesora en sus jugadores, era muy positivo.

Pero en ese toma y daca, parecía que siempre salían victoriosos los de Algeciras, que tuvieron una más que clara oportunidad, a través del inquietante Álvaro Romero, en un mano a mano ante Perales que echó fuera, en el 62’, exactamente dos minutos antes de que Llinares diera la puntilla al equipo azulino, y al partido. El extremo se sacó un disparo seco y directo a la escuadro del denominado palo largo de Perales que certificó, prácticamente el partido.

Y lo certificó porque apenas quedaban fuerzas, ni ideas, en los de La Isla para una nueva remontada. Y lo certificó porque el Algeciras supo ordenarse en defensa, asustar a la contra y tener más oficio que su rival.

Álvaro Romero pudo poner el uno a tres en el 66’, pero en su nuevo mano a mano ante Perales salió victorioso el portero. Ya no había manera, ni ideas, para mover el resultado y, conforme pasaban los minutos la desesperación se apoderaba de un equipo que vio como fue expulsado su entrenador, que no encontró la manera de sortear la defensa algecireña y que terminó el choque con un nuevo batacazo, ese que parece definitivo y por el que habrá que reaccionar, sí o sí.

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