Gisela Pulido, reina del viento
Gisela Pulido Borrel, kitesurfista
Tras lograr en Alemania su octavo título mundial, ya disfruta de su vuelta a casa, a Tarifa, donde afirma que lleva una vida normal y que la base del triunfo radica en el trabajo
Si para el amor se suele escuchar esa frase de que "no hay edad", en el kitesurf sí que se cumple sin discusiones esta premisa. La catalana y tarifeña de adopción Gisela Pulido logró el pasado domingo en Alemania -la confirmación oficial no la recibió hasta ayer- su octavo entorchado mundial en la modalidad de freestyle con tan sólo 17 años de edad. Pulido se convierte en una de las deportistas españolas más laureadas de la historia sin alcanzar aún la mayoría de edad y reparte su tiempo entre sus amigos, estudios y ser la mejor del mundo surcando olas en el aire.
-¿Cómo se siente tras ser ocho veces campeona del mundo?
-¿La verdad? Con muchas ganas de volver a Tarifa y estar con mis amigos. Es una sensación increíble porque se trabaja todo el año para conseguir esto, pero lo que realmente quiero es descansar, ir al cine -cosa que hizo ayer nada más aterrizar- y por supuesto, navegar en las playas de casa. En Alemania hacía mucho frío y un clima muy raro. Como aquí, no se está en ningún lado con nuestro calorcito.
-Ser la mejor del mundo haciendo algo es una sensación muy lejana para el resto de los mortales.
-Vivir lo que me está pasando es extraordinario, es una auténtica pasada. Soy una afortunada por ello y lo sé. Porque me dedico a lo que verdaderamente me gusta por encima de todas las cosas y además me pagan por hacerlo. No puedo pedir más, sólo trabajar por seguir creciendo. Claro que me doy cuenta de que estoy haciendo cosas grandes y ganando títulos importantes cada temporada pero todo eso lleva un esfuerzo y un trabajo en la sombra.
¿No todo es recoger títulos y competir?
-La preparación conlleva mucho trabajo durante todo el año y más aún en los meses que no hay competición. Este año he pasado todo el invierno practicando nuevos trucos para ser más competitiva en las pruebas y no perder pie con mis rivales. Los triunfos llegan con esfuerzo y dedicación, no por tener más o menos mundiales ganados.
-¿Una número uno nunca puede bajar la guardia?
-Aunque la gente no lo crea es un deporte sacrificado y en mi condición siempre tienes que estar al máximo nivel. Ser la mejor cuando estás en Brasil, con solecito y un viento idóneo de 20 nudos es muy sencillo. Hay que estar al pie del cañón en circunstancias como este fin de semana en Alemania, con frío, humedad, el neopreno empapado y luego salir y dar lo mejor de ti misma. Tienes menos margen de relajación y de error. Tienes que ser la mejor en los buenos momentos y cuando te duele el estómago, una rodilla o tienes una mala noche.
-¿Cómo compagina una deportista de élite su vida personal de la competición?
-Yo soy una chica igual que otra, no soy diferente. Tengo una vida normal, con un grupo de amigas normal y procuro que así siga siendo. Tengo ganas de celebrarlo con todos mis conocidos cuando llegue a casa, con mi padre que es mi entrenador y me acompaña a todas las pruebas y con los que me rodean. Nada que no haga cualquier otra chica.
-Pero cualquier otra chica no tiene que alternar olas e instituto. ¿Cómo se apaña con los estudios?
-Bueno, eso es más complicado (se ríe). Yo estudio por un programa de educación de la Junta de Andalucía para casos como el mío, deportistas jóvenes de alto nivel, que hacemos todo a través del ordenador. Sólo necesitas una buena conexión a internet y como todos los demás, madrugar y ponerte a hacer los deberes. Aunque a veces, acabas cansada del entrenamiento o tienes un viaje largo y cuesta mucho ponerse. Alguna que otra vez de hecho se me ha pasado.
-¿De estar haciendo piruetas sobre el mar a sentarse y estudiar geografía debe haber un gran cambio?
-Sí, la verdad que bastante pero hay que hacerlo. Soy una buena estudiante. Ya he acabado el primer curso de bachillerato y ahora entro en segundo. Las he aprobado todas.
-¿En alguna ocasión habrá metido la pata por seguir cogiendo olas?
-Alguna que otra vez. Recuerdo que estaba en Brasil con un tiempo perfecto, en mitad de una laguna practicando trucos y tenía que sentarme a hacer unos ejercicios de lengua y literatura. Cuando paré y empecé a hacerlos, dije esto es muy fácil. Luego resultó que ni eran así, ni era tan fáciles. No saqué muy buena nota. Pero normalmente soy muy responsable y nunca fallo en mis horarios y en mis tareas.
-Creo que se está sacando el carné de conducir.
-Si, estoy muy motivada con el teórico. Aún no puedo presentarme al práctico hasta que cumpla los dieciocho años, pero me estoy preparando los test en los ratos libres. Cuando tengo un descanso, en el avión o cuando tengo un rato tranquilo. Llevo más de un año apuntada en Tarifa a la autoescuela pero hasta ahora no me lo he tomado en serio. Tengo ganas de sacármelo y poder ir con mi coche.
-Gisela, un placer y enhorabuena por su octavo campeonato.
-Muchas gracias, el placer es mío.
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