El Conil se reencontró con la victoria, ofreciendo una clara mejoría de imagen, ante un Sevilla C que sólo mostró ambición por sacar algo positivo de la localidad jandeña cuando se vio por detrás en el marcador, mediada la segunda mitad.

En un Municipal Pérez Ureba que registró la mejor entrada de toda la temporada, el conjunto amarillo saltó al campo con un dibujo 4-3-2-1 en el que destacó especialmente la labor de Mario Sánchez, actuando esta vez como extremo por la derecha, así como la de Fran Mejías, en su función de organizador, y de Fran Ponce, una referencia en entrega y pundonor.

Pese a que las fuerzas estuvieron igualadas de entrada, poco a poco Mejías impuso su mando en la zona ancha, con continuos cambios de orientación, si bien los locales generaron poco en ataque en este primer tiempo. Si acaso, un par de ocasiones dignas de mención. Y curiosamente, el escaso peligro llegó más por la izquierda.

En el minuto 7, centro de Molina, Adrián remata y el balón roza la cruceta. Y en el 27’, jugadón de Cuenca, centro y enganche a bocajarro desde la frontal de Fran Ponce que acaba cerca del palo.

Hasta el descanso, nada de nada que resaltar por parte de los visitantes, que opusieron sólo lucha a la iniciativa que asumieron los pupilos de Lázaro Canto.

En la segunda parte, el Conil saltó al césped con más intensidad, más enchufado, dispuesto a inclinar la balanza a su favor para amarrar así los tres puntos.

La llegada de Molina por la izquierda con centro que ataja Adrián en el 64’ precedió a los primeros acercamientos del filial hispalense. En el 67’, tiro cruzado de Cristóbal que desvía Fran a córner. Y en el 70’, remate raso desde la frontal de Vaca que detiene el guardameta local en dos tiempos.

Con las espadas en alto, en el minuto 72, Cuenca aprovechó un pase dentro del área para inaugurar el tanteador, con un disparo a la derecha de Adrián, para alegría de una hinchada que disfrutaba más que ningún otro día.

El 1-0 supuso un jarro de agua fría para el Sevilla C y dio alas al Conil, que se fue a por el segundo. Fran Ponce gozó de la mejor opción para sentenciar, pero el cuero se estrelló en la madera.

Como era de esperar, el rival quemó sus naves y apretó en la recta final en busca del empate. Entonces salió a relucir el buen hacer defensivo de los de casa, cortando el ritmo hasta el punto de que un lance del juego propició un carrusel de tarjetas y que la prolongación se fuera hasta el minuto 98.