Carlos Duque Marabot, referente del baloncesto gaditano por su vinculación con el mismo desde la década de los 50, falleció ayer a los 70 años y la noticia propició que durante toda la jornada se multiplicaran las muestras de dolor y pesar por la pérdida de quien cambió para siempre la visión, especialmente de la mujer, respecto al deporte de la canasta.

Nacido en Cádiz en 1946, Duque militó en los mejores equipos regionales de la época hasta que decidió dar el salto a los banquillos con el objetivo de fomentar el baloncesto femenino. Primer técnico con título nacional de la provincia y uno de los primeros en obtenerlo en Andalucía, llegó a la élite comandando el recordado Medina de Cádiz, con el que, con Emilio Aragón como segundo, alcanzó la Primera División, en la que jugaba contra conjuntos de Madrid y todo el sur de España, y consiguió que el baloncesto compartiera protagonismo con el balonmano en el Pabellón Fernando Portillo.

De forma paralela a su labor como entrenador, colaboró con la Federación Andaluza impartiendo cursos y se ganó la amistad personal de técnicos del prestigio de Díaz Miguel y Lolo Sainz. Junto a Jerónimo Gil-Olarte y Emilio Aragón, creó la sección de baloncesto del Cádiz CF que presidía José Antonio Gutiérrez Trueba, también trabajó en el Servicio de Deportes de la Diputación y recibió la insignia de la FAB como reconocimiento a su trayectoria. Descanse en paz.