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Alicante antes de soñar

  • El Cádiz inicia en el feudo del Hércules el camino más largo para conseguir su objetivo. Claudio Barragán decide desplazar a los 19 futbolistas disponibles para el partido de hoy.

Tres, dos, uno... Alicante. Una indeseada cuenta atrás en la segunda eliminatoria lleva al Cádiz a la capital que baña el Mediterráneo, en busca de salir airoso hoy del primer asalto de una ronda que no acaba en ascenso, pero sí en despedida si no la supera. El Rico Pérez se ha convertido en una parada obligada en la que no hay margen para el error. El cómputo de fallos se agotó ante el Oviedo, primero en el Tartiere y después en el Carranza, por lo que sólo queda un camino posible.

El hecho de haber sido campeón del grupo IV permite al Cádiz estar hoy en liza en busca del ascenso por la vía más larga. Se ganó ese derecho después de 38 jornadas y fue como un clavo ardiendo al que agarrarse cuando se esfumó su objetivo en Carranza hace una semana. El primer tren rumbo a Segunda A se escapó a las primeras de cambio, por lo que ahora toca no dejar escapar el segundo y último.

La semana en el seno cadista ha estado marcada por la profunda y compleja labor psicológica a cargo del cuerpo técnico que lidera Claudio Barragán. Olvidar el revés ante el Oviedo y pensar en positivo han sido las consignas para que los jugadores levanten la cabeza y vean más allá del conjunto asturiano, que, por ahora, ha tapado el sueño amarillo. Lo primero para Claudio ha sido conseguir que los jugadores sigan creyendo en lo que hacen, a pesar de las dudas que ha dejado el encuentro de vuelta de la primera eliminatoria, para que suba su autoestima y se sientan fuertes ante lo que se aproxima. La segunda labor para el preparador valenciano se ha centrado en el análisis de los errores cometidos ante el cuadro ovetense; ver uno a uno esos fallos que condenaron al equipo a dar lo peor ante sus aficionados. El entrenador no oculta que los errores fueron mayúsculos -sirva como ejemplo la jugada del gol de David Fernández- y no ha escatimado esfuerzos para que sus hombres tengan atadas todas las circunstancias que se puedan generar a la hora de salvaguardar la portería de Aulestia.

La reacción de Claudio no sólo se va a quedar en palabras, pues habrá hechos. El primero, adelantado por él mismo en la rueda de prensa del viernes, será la vuelta de Óscar Rubio al lateral derecho. El 18 de abril se lesionó en el transcurso del calentamiento previo al Lucena-Cádiz, por lo que algo más de un mes y medio después se enfundará la elástica amarilla. Su retorno provoca que Mantecón, centrocampista reconvertido a zaguero, salga de esa posición. En el otro lateral, el izquierdo, las dudas que siembra Tomás -acrecentadas en la fase de ascenso- podrían dar paso al debut de Alberto Prada, refuerzo cerrado hace dos semanas tras la grave lesión de Andrés Sánchez.

El doble pivote también parece señalado. La aportación de Juanma Espinosa no ha resultado convincente en la cita contra el Oviedo, de ahí a que el teórico organizador pueda perder su lugar de privilegio en detrimento de Navarrete o Mantecón. La última variación, en caso de producirse, es como consecuencia de jugar a domicilio, ya que habitualmente el técnico apuesta por Fran Machado en lugar de Airam para actuar en la mediapunta.

Al margen de cambios, el sello del Cádiz debe ser el mismo de la Liga e incluso del primer asalto ante el Oviedo. Los amarillos necesitan recuperar su mejor versión defensiva y el peligro que conlleva contar por los extremos con dos jugadores como Juan Villar y Kike Márquez. No cabe duda que la vuelta de Óscar Rubio permitirá a Villar no tener que estar tan pendiente de ayudar al lateral que tiene por detrás, algo que le marcó en las dos últimas citas.

Claudio tendrá que decidir sus fichas esta noche tanto para el once como para el banquillo, ya que, salvo el lesionado Andrés Sánchez, se ha llevado a los 19 futbolistas que tiene disponibles. El técnico debe realizar tres descartes para vestir de corto a 16 hombres.

La segunda eliminatoria comienza a las 20:00 horas, justo el momento en el que el Cádiz pone en juego su nuevo rol en una fase de ascenso que debe alargarse hasta el próximo día 28. Más semanas y mayor carga de trabajo para un equipo que se ha ganado una segunda oportunidad para seguir soñando.

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