Reyes Magos
El suicidio en la prensa
Cristina Rocha cuenta hoy en este periódico el suicidio no consumado en una de las pilas del nuevo puente, el primer intento en la infraestructura en construcción. En toda la historia no aparece ni una sola vez la palabra suicidio, término al parecer vetado en los medios de comunicación de manera absurda. El suicidio, como cualquier otro acontecimiento , tiene que ser cubierto por los medios y narrado con exactitud.Si alguien se ha querido suicidar la mejor manera de contarlo es llamar a las cosas por su nombre. Hay una vaga y antigua idea, no demostrada, de que si se habla en la prensa de suicidios se promueven. Si eso es así no habrá que hablar de terrorismo, no se podría contar la violencia machista, los atracos, los asesinatos, etc. No hablesmos de Don Javier, no vaya a ser que a otros directores de colegios católicos les dé por lo mismo. Y así. La prensa tiene que contar lo que ocurre, sin más. Será al Estado, a los curas, a los sicólogos, a los siquietras o a quien sea preocuparse por la educación de la ciudadanía. Hay otro asunto que no es menor: la influencia de la cultura católica. Según esta creencia la vida es un don divino y no podemos disponer de ella, por lo tanto el suicidio es un atentado a los ojos de dios y por lo tanto no se pueden enterrar en sagrado a los suicidas. Esa idea también impregna la decisión buenista de no hablar de suicidios en la prensa .Quien llevó a sus últimas consecuencias este asunto fue el ABC, paradigma del buenismo católico. Por lo demás, buen trabajo.
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