Mister Marshal. Por Fernando Santiago

11 de julio 2016 - 07:00

Cualquier tiempo pasado fue peor. La nostalgia está bien para la literatura pero no suele confirmarse con los datos. Me parece muy bonito que recordemos el tiempo de los mayetos de Rota como el de los primeros años de la Base ( la música que ponían en su emisora que debía oír todo el mundo por lo que cuentan). Eso no convierte aquellos años en mejores que los actuales. Digo más: ni siquiera sirvieron para nada en concreto. A Franco para que le admitieran en la ONU gracias a los EEUU (después de “Si ellos tienen UNO nosotros tenemos dos” ) y de paso para garantizar la defensa nacional bajo el paraguas protector del Gran Amigo Americano. Los hay que piensan en los tiempos tan bonitos del minifundismo roteño, “Rota ¿dónde están tus huertos, tu melón tu calabaza, tu tomate tu sandía? Tú el más dulce de los puertos que tu fina arena enlaza al cuello de la Bahía” de Alberti. El falucho que venía cada día a Cádiz a traer las hortalizas hasta que los americanos se quedaron con todo el término municipal para poner una Base. Es bastante probable que los roteños vivan ahora mucho mejor de lo que vivían sus abuelos cultivando el terruño. Tampoco me creo la milonga del supuesto cosmopolitismo que trajeron los americanos a Rota. Ellos vivían (viven) relacionándose entre sí algo de calderilla se les cae del bolsillo(alquileres de viviendas, algún bar). He oído muchas veces las historias sobre la música que ponían en la emisora de la Base pero no veo que la provincia de Cádiz sea mejor por ello: no hay más grupos de pop, de rock, de blues ni creo que haya mejorado mucho la música porque yo nada más que observo mucho flamenquito apaleao, mucho carnavalero llegado al pop de octavillita y poco más. Tampoco creo que la Base haya convertido a los roteños en seres superiores con una cultura universal y cosmopolita, ni que allí hablen inglés, lean a Walt Whitman o a Tony Morrison. No sé de dónde salieron Eva Corrales y Lorenzo Sánchez, de qué cosmopolitismo nacieron. Está muy bien que exista la Base. Crea empleo en la zona, que hace mucha falta, y nos proporciona un escudo sin que nos cueste dinero. Alguien tiene que pagar la defensa y los americanos están dispuestos, así que podemos dedicar el dinero a otra cosa. Mientras tanto solo nos queda felicitarnos con Juan Carlos Aragón y “Kady City”: ja, ja, ja se quedó Sevilla sin olimpiadas. Qué pena tan grande, con lo que habían trabajado los sevillanos. Se me derrite el corazón(de calor). Fernando Santiago

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