La cultura todavía huele a naftalina

Artículo del Diario: Neorrancios. Por Fernando Santiago

  • NEORRANCIOS

  • La cultura en la ciudad durante la Dictadura estaba protagonizada por José María Pemán. Era presidente honorario o ejecutivo de todas las entidades que existían en ese momento ;: Ateneo, Casino Gaditano, Academia Hispanoamericana, Academia de Bellas Artes. Además era presidente de honor de la Asociación de la Prensa, Hermano Mayor del Nazareno, trajo a Cádiz los Cursos de Verano y los Festivales de España. Hasta que llegó Quiñones con Alcances, la cultura gaditana olía a naftalina. Quiñones trajo la modernidad en el cine, el teatro, la música y la pintura. Al poco tiempo apareció Marejada, grupo literario inspirado en Carlos Edmundo de Ory que pretendía acabar con la cultura oficial representada por el hoy denostado Pemán. Luego llegó Jaramago y al poco la democracia alcanzó al ayuntamiento que poco a poco impulsó las actividades culturales. Quedan algunas de las instituciones pemanianas que si bien eran más antiguas que el escritor, llevan todavía su impronta, siguen ese estilo rancio y siguen adheridas al poder de alguna forma., salvo el Ateneo, que tiene su propia sede pagada por sus socios y organiza sus actos con premios a pelú y conferencias de todo el que se preste. El Casino , hoy en cuidados paliativos, le sacó 750 mil euros al Ayuntamiento en la época de Teófila Martínez a cambio de lo que ellos llaman “una donación” que no fue otra cosa que una venta para liquidar deudas. Ahí siguen, como una solitaria, en el edificio de San Antonio, viviendo en un edificio público y sin que nadie se quiera hacer cargo de la entidad, todos aquellos que presumían de ser socios del Casino se han dado de baja para no pagar la cuota, los que organizaron las fiestas de primavera han desaparecido, hasta el vicepresidente se largó. La Academia de Bellas Artes, como los hosteleros, siempre llorando, como un cangrejo ermitaño , a la espera de que llegue papá Estado y se haga cargo del local. Al igual que su hermana Hispanoamericana, siguen aferrados a las medallas, los chaqués , los militares llenos de medallas, la pompa y el boato como única actividad. Los hispanoamericanos estaba también parasitando el edificio del Reina Sofía, hoy Rectorado, que no querían abandonar aunque por allí no iba nadie. Estas cuatro instituciones son los restos del naufragio del pemanismo cultural, allí no ha llegado la modernidad, siguen anclados en un Cádiz que ya no existe, son vasos comunicantes , sociedades de bombos mutuos con una edad media que sobrepasa ya los de la tercera dosis, a la espera de que ordenen ponerse la cuarta. Fuera del Ayuntamiento y estas entidades neorrancias, el carnaval ha arrasado con la poca cultura que se generaba en la ciudad . Así estamos.

  • Fernando Santiago