Sancti Petri, un enclave con un sello especial
Turismo
El poblado marinero, alejado de grandes masificaciones, atrae la atención de turistas y curiosos
El antiguo pueblo marinero de Sancti Petri recibe cada año a numerosos visitantes nacionales e internacionales. Situado al lado de la playa que recibe el mismo nombre que el poblado, la playa de Sancti Petri y muy cerca de La Barrosa, este rincón es una de las estampas paisajíticas más bellas de Chiclana.
Las impresionantes vistas con el Castillo de Sancti Petri como el principal atractivo, el aspecto fantasmagórico del poblado con calles y casas derruidas, así como las vistas al Parque Natural de la Bahía de Cádiz con la vecina ciudad de San Fernando, hacen de este paraje un sitio único.
Sancti Petri atesora paz y calma que solo son interrumpidas por la presencia de turistas, sobre todo en verano, que caminan por sus calles, así como por los amantes de los deportes acuáticos que acuden para poder practicar windsurf o kitesurf. Mientras tanto, la tranquila vida marinera discurre sin grandes sobresaltos.
Ricardo, sevillano afincado en verano en la costa chiclanera nos cuenta que el clima y los paisajes desde cualquier punto del poblado es lo que hacen de este rincón un enclave singular. "No tenemos nada igual por aquí, el encanto que tiene es el estado en el que se encuentra en la actualidad. Yo estoy enamorado de Sancti Petri, en verano me paso el día entero aquí y llevo viniendo desde hace cuarenta años". En este sentido, la mayoría de visitantes coinciden en que el poblado posee hechizo por su actual estado de conservación o precisamente por todo lo contrario, por su estado de no conservación.
Pero para los turistas también llama la atención la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, recientemente restaurada, que está situada en la calle principal del poblado, una edificación que se erige ante las antiguas casas que apenas se mantienen en pie.
La esencia del pueblo marinero que en su día fue, sigue intacta en Sancti Petri. Eso sí, ya no es lo que era, cuando había una intensa vida en su etapa dorada con la pesca de atunes. Pese a eso, los visitantes expresan su asombro por el encanto del estado ruinoso del poblado.
Ana, residente en verano en Chiclana, da fe de ello. Se siente enamorada de este paraje. "Me gusta como está ahora mismo el poblado. Por eso vengo aquí todos los días para respirar aire puro y estar en calma conmigo misma. Es un lujo venir en verano y que esto esté tan tranquilo".
Otro de los atractivos de Sancti Petri es que se puede acceder mediante barcos turísticos a una de las joyas del litoral gaditano, el antiguo Templo de Hércules, el espectacular Castillo de Sancti Petri. Los principales usuarios de este servicio son los turistas que se hospedan en los hoteles del Novo y las miles de personas que residen en casas de alquiler durante sus vacaciones en Chiclana.
El muelle pesquero de Sancti Petri, hoy en día mantiene una actividad pesquera muy limitada. Sin embargo, la actividad deportiva es más elevada gracias a las numerosas embarcaciones de recreo que se encuentran allí atracadas. En la época estival es cuando se concentra un mayor número de personas entorno al puerto de Sancti Petri, debido al buen tiempo.
Asimismo, Sancti Petri posee diversos bares y restaurantes para poder degustar los platos típicos de la zona, sobre todo la cocina con productos de la mar. En algunos de estos locales se puede disfrutar, además, de lo que fue el antiguo poblado a través de viejas fotografías que cuelgan de sus paredes.
Sancti Petri, es el complemento perfecto de la playa de La Barrosa, ambos forman un binomio inmejorable que consiguen cada año batir el récord de visitantes que se acercan hasta Chiclana para pasar sus vacaciones. Un poblado añejo y particular, único en España que en verano está más vivo que nunca.
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