Chiclana

Recogidos en Chiclana más de 51.000 kilos de ropa usada en el tercer trimestre

  • En lo que va de año se han depositado 160 toneladas de prendas en los 60 puntos disponibles, un 6% más que en 2018

Una mujer deposita prendas en uno de los contenedores de ropa usada.

Una mujer deposita prendas en uno de los contenedores de ropa usada. / Sonia Ramos (Chiclana)

Más de 51 toneladas, concretamente 51.556 kilos de ropa usada para reciclar, han sido recogidas en el último trimestre del año en los 60 puntos instalados en la ciudad por la organización Madre Coraje y la empresa East West, encargadas de esta tarea en el municipio. Esta cifra es muy similar a la obtenida en el mismo periodo de tiempo correspondiente a 2018, es decir, de julio a septiembre, según se desprende de las estadísticas que maneja la empresa municipal Chiclana Natural.

En términos absolutos, desde enero a octubre, es decir en lo que va de año, se ha incrementado un seis por ciento la recuperación de prendas con respecto al mismo tramo de tiempo del año pasado. Exactamente se ha conseguido acumular a lo largo de los tres trimestres de 2019 en los contenedores de reciclado 160.828 kilos, cuando en el año 2018 fueron 155.011 kilos. En la práctica, supone un incremento nada despreciable con respecto al mismo lapso de tiempo del año pasado. Este aumento del reciclado de ropa usada en la localidad es un buen indicador para calibrar el compromiso, cada vez mayor, que la ciudadanía chiclanera tiene en materia ambiental.

En lo que respecta a los datos del trimestre correspondiente a los meses de julio, agosto y septiembre, fue julio el mes en el que se recogió más cantidad de prendas, concretamente 18.184 kilos, seguido de agosto con 16.909 y septiembre con 16.423 kilos.

De todos los contenedores instalados en la ciudad, asimismo, destaca que el situado en la calle Humildad y Paciencia ha sido con creces el más prolífico,con 2.310 kilos obtenidos, incluso por delante de los dos depósitos situados en el punto limpio de Urbisur, donde se ha reciclado la misma cantidad que el ubicado en Fuenteamarga, 2. 050 kilos. En tercer lugar se encuentra el ubicado en la calle Nerja, con un total de 1.900 kilos.

La mayor parte de los contenedores instalados en la ciudad pertenecen a la empresa East West, que pone a disposición de los ciudadanos 46 depósitos. Por su parte, la ONG Madre Coraje posee en la ciudad 14 puntos de reciclaje de prendas textiles. Paradójicamente, esta última organización a pesar de disponer de menos puntos de recogida, 32 exactamente, ha sido comparativamente, quien ha recogido más cantidad a lo largo de este último trimestre. Es decir, de los 51.556 kilos reciclados en este periodo referidos anteriormente, 21.510 kilos han sido obtenidos por Madre Coraje y 30.046 por East West.

En cualquier caso, los datos específicos relativos a cada uno de los 60 puntos de recogida de ropa diseminados por toda la localidad reflejan la buena aceptación que, entre los ciudadanos tiene esta alternativa de reciclaje. Por último, es destacable la labor que realiza la ONG Madre Coraje. Los ingresos que obtiene a través de esta actividad se destinan a labores de cooperación internacional, como el envío de ayuda humanitaria o la puesta en marcha de proyectos de desarrollo, sensibilización y concienciación. Esta entidad, una vez que recibe la ropa, la clasifica y prepara. Parte de ella se destina a su venta en los distintos mercadillos que organizan a lo largo del año. Se intenta que todos los artículos que entran en Madre Coraje tengan una segunda vida, en Perú, en Mozambique o en España. En muchos casos se donan también a otras asociaciones para que le puedan dar uso. Si dichos materiales, por una u otra razón, no pueden ser reutilizados o transformados, se entregan a empresas externas, consiguiendo fondos para financiar las acciones de cooperación y colaboración.

Por su parte, la empresa East West se dedica también a recoger ropa de segunda mano en buen estado y que ya no es reutilizable para el reciclaje. Después de su clasificación, la ropa en buen estado viaja a países de África, Asia, Europa y Sudamérica. Las demás prendas, ya no utilizables, las destinan a empresas de reciclaje que aprovechan el textil para fregonas, rellenos de asientos, trapos, etcétera...

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