Letra. Ángel Piulestán y Francisco Aguilera.

Música. Francisco Javier Aguilera Ceballos y Ángel Piulestán.

Dirección.  Francisco Javier Aguilera.

Las coplas. Igual que en pases anteriores, el repertorio comienza con Richard y el papa en una de sus conversaciones que deja algunos buenos momentos. En esta ocasión, el patriarca, se supone, que tiene la llave de la furgoneta pero se la ha dejado en la comisaría. Así que no pueden huir. Otra vez enmarronados (ya que para el comisario son agentes venidos de EE.UU) La pareja de gitanos traen una cabra. Le dan coba y dicen que es una cabra policía. ¡Magnífico!, intercalan de vez en cuando, que se ve que ha calado. El argumento va cambiando con rapidez y, de repente, el Rey va a ir a visitarlos. Por un empujón, o algo así, meten la cabeza en un fardo de cocaína y, claro, se envalentonan y comienzan las interpretaciones extremas. De hecho, la situación también se vuelve surrealista. Ahora a la pareja no se les puede nombrar ninguna canción porque son muy flamencos y se vienen arriba (claro, lógico). El Rey aparece para felicitarlos por interceptar la droga (crítica al ex yerno)  y, como se adelantaba, pues da el pie de muchas canciones y se va liando la visita. Algo escasa. Primer cuplé, está bueno, a los capillitas que han montado una cabalgata en verano (le deberían haber puesto Magna corta) pero la Santa Cena no sale "porque comer dos veces en la calle sale muy caro". Peor el segundo a una infidelidad.  Buen estribillo. Suero de la verdad, única novedad en el tema libre. Cortito, aún más que en otros pases.