Nada más sencillo que fotografiarte a ti mismo haciéndote un selfie en cualquier lugar. Ya sea frente a una escultura, monumento, playa o montaña, cualquier rinconcito es bueno para inmortalizar cualquier momento que desees compartir con tus familiares o amigos. La provincia de Cádiz cuenta con algunos lugares ideales para marcarse un selfie en toda regla, desde la ruta del amor en Setenil de las Bodegas hasta una ruta de selfies en Cádiz capital. 

Haciendo un recorrido por la costa de Cádiz queremos destacar uno de los rincones más especiales de este municipio de Cádiz. Se trata de Chiclana de la Frontera, una localidad con mucho encanto que te sorprenderá por sus playas, pinares, monumentos y pasado histórico. Este municipio es tan especial que incluso cuenta con una ruta denominada los Siete Puntos Mágicos, desde los cuales podrás obtener las mejores vistas de la localidad y pinceladas de información histórica.

Los nombres de estos puntos mágicos son la colina de Santa Ana, la Loma del Puerco, el Templo de Hércules, las Salinas, Miralmar, El Carrascal y La Espartosa. Ahora bien, queremos que te lleves una foto de postal si paseas por Chiclana. Por esta razón te invitamos a acercarte hasta el punto mágico del Templo de Hércules, situado entre La Barrosa y la playa de Sancti Petri. 

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de Luis Corts (@luiscorts_)

Para llegar hasta este enclave podrás hacerlo desde ambas playas o atravesando el pinar que conduce hasta la playa de Sancti Petri, más conocida popularmente como Lavaculos. Además, esta playa cuenta con una zona de rocas por lo que podrás disfrutar de las piscinas naturales que se forman allí. Una vez allí descubrirás la belleza de un paisaje único que se extenderá ante tus ojos. Un monolito de piedra te indica el lugar histórico en el que te encuentras y desde allí podrás fotografiarte con el castillo de Sancti Petri de fondo. 

Probablemente este sea uno de los puntos mágicos más románticos de la localidad gracias al encanto del entorno. Los más bohemios se acercan hasta allí para leer algún libro, escribir versos, hacer fotografías o simplemente dedicarle unos minutos a contemplar la belleza del paisaje. Los atardeceres en este mágico lugar son únicos pero deberás saber que no estarás solo, ya que son muchos los que se acercan hasta allí para disfrutar de tal espectáculo.