Pocos rincones de la costa de Cádiz se escapan del viento de levante. Sin embargo, en esta ardua búsqueda de lugares recónditos donde refugiarte del viento se puede encontrar algunos enclaves donde disfrutar de un día de playa sin que se note tanto el viento. Los lugares favoritos para refrescarte y sofocar las altas temperaturas sin temor a que el levante aceche suelen ser las calas de Conil.

En esta ocasión, para que no tengas que desplazarte hasta esta localidad, te ofrecemos un plan diferente donde darte un buen chapuzón. La playa por excelencia de Chiclana es La Barrosa, aunque la localidad también puede presumir del encanto de Sancti Petri. En esta playa más escondida y protegida por acantilados podrás disfrutar de múltiples encantos que despertarán en ti grandes emociones.

Si vas por la mañana el viento estará menos fuerte y podrás bañarte en las piscinas naturales que se forman entre sus rocas. Además, para los niños esta playa es ideal ya que podrán chapotear en las diferentes piscinas y descubrir algunas especies marinas como cangrejos, camarones y pequeños peces que merodean por estas cristalinas aguas. 

La playa de Sancti Petri es también conocida por los oriundos de Chiclana como playa de Lavaculos. Colinda con La Barrosa en Torre Bermeja y está rodeada por los acantilados donde se encuentra uno de los puntos mágicos con más encanto. Además de disfrutar de un baño entre sus aguas, podrás dar un agradable paseo que te llevarán a las piscinas naturales. 

Algunas de ellas se forman frente al punto mágico y otras podrás encontrarlas cerca del espigón. Bañarse en estas maravillosas aguas es un auténtico placer y toda una experiencia única ya que podrás disfrutar de unas impresionantes vistas hacia el Castillo de Sancti Petri. Además, si no puedes desplazarte hasta esta playa por la mañana no te preocupes. Por la tarde, este mágico enclave también tiene más belleza que ofrecerte. En este lugar tiene lugar uno de los atardeceres más bellos de la localidad por lo que podrás tomar increíbles fotografías o darte un baño relajante durante la puesta de sol sobre el Castillo de Sancti Petri.