Cádiz CF | Crisis del coronavirus

Los trabajadores pueden respirar tranquilos

  • El club sólo plantearía un ERTE o recortes salariales, en caso de fuerza mayor, para la primera plantilla y sueldos equiparables a la alta dirección

Conversación de Cervera con su cuerpo técnico y los jugadores en El Rosal.

Conversación de Cervera con su cuerpo técnico y los jugadores en El Rosal. / Cádiz CF

A la espera de la importante reunión prevista para la tarde de este martes 24 de marzo entre los responsables de la Liga de Fútbol Profesional y la Asociación de Futbolistas Españoles, el Cádiz sólo se plantearía llevar a cabo un expediente de regulación de empleo temporal o recortes salariales en caso de fuerza mayor y sin que incluya a los trabajadores normales de la entidad, por lo que sólo afectaría a los integrantes de la primera plantilla y a sueldos equiparables a la alta dirección.

Las circunstancias que se viven en el momento presente, con el país confinado por el estado de alarma decretado desde mediados de marzo como manera de combatir la propagación del coronavirus COVID-19, se antojan de una excepcionalidad de tal magnitud que justifican tanto las decisiones que han empezado a tomar algunas empresas como las medidas adoptadas por el Gobierno para minimizar el impacto del frenazo económico en las familias y en la sociedad en general.

En este marco de situación, el fútbol no emerge como una isla ni mucho menos. Muy al contrario, la ausencia de ingresos durante las próximas semanas -todo apunta que como mínimo hasta mayo- complica significativamente la viabilidad de las entidades, condenadas a cumplir con sus compromisos mensuales aunque la tesorería deje disponer de liquidez debido a que ni se disputan partidos, y por consiguiente los aficionados no pasan por taquilla, ni hay movimiento en forma de ventas en las tiendas de los clubes ni las televisiones abonan por ahora las cantidades pactadas.

Desde luego no hace falta ser un lince de las Ciencias Económicas y Empresariales para entender que cuando el dinero no entra, difícilmente pueda salir. Por ello, al igual que equipos poderosos a los que se mira en la distancia como auténticos referentes del futbol nacional e incluso europeo, el Cádiz tendrá que actuar con toda seguridad en los próximos días o las próximas semanas.

En principio no hay confirmación de nada. La prudencia marca y marcará todos los pasos que den los rectores, con el presidente, Manuel Vizcaíno, a la cabeza. Sin embargo, Diario de Cádiz está en disposición de adelantar que la posibilidad de aplicar un ERTE para minimizar el daño económico a las arcas de la entidad, dadas las circunstancias actuales, no afectaría bajo ningún concepto a los trabajadores de base, a aquellos que tienen un salario al nivel de la inmensa mayoría de los mortales. Tampoco los recortes en las retribuciones.

Ahora bien, otra cosa muy distinta es lo que puede suceder con quienes disfrutan de ingresos elevados, entiéndase, los integrantes de la primera plantilla y aquellos equiparables a la alta dirección. En estos casos, las negociaciones que se llevarían a cabo podrían dar lugar a que las fichas de los futbolistas y técnicos, así como los emolumentos de algunos cargos directivos, sufrieran variaciones a la baja.

No obstante, incluso en este supuesto, las medidas adoptadas tendrían carácter temporal y se ajustarían milimétricamente al grado de afectación de la crisis. La premisa es que el club no se quedará con nada de nadie, sólo recortará aquellas cantidades que, en el conjunto de la temporada y como consecuencia del parón obligado, finalmente deje de percibir.

Como no puede ser de otra forma, los responsables cadistas confían en la buena disposición de todos los que forman la familia cadista desde dentro, en el sentimiento de solidaridad si llega el caso, y ello por supuesto desde el compromiso de una toma de decisiones justificada, proporcional y que se ajuste a derecho.

Las prioridades mandan y a día de hoy la absoluta prioridad es la emergencia sanitaria. Para lo demás, y el fútbol no se encuentra en ninguna burbuja, toca prudencia, serenidad y derroche de sentido común.

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