El tsunami que ha supuesto la decisión del Gobierno, comunicada a través del Consejo Superior de Deportes, de que los partidos de las próximas dos jornadas se disputen a puerta cerrada, aun siendo una medida aceptada desde el sentido común por el peligro que representa la propagación del coronavirus, supone un auténtico contratiempo en muchos aspectos para los clubes afectados.

Así, en el caso concreto del Cádiz, que recibe este domingo al Rayo Vallecano a partir de las 16:00 horas en el Ramón de Carranza, una de las preguntas que se hacían este martes los aficionados es qué efectos tendrá la decisión de cara a los socios y, en especial, a la promesa que en su momento hizo el presidente del club gaditano de regalar íntegramente los abonos de la próxima temporada, si el equipo amarillo ascendía a Primera División, a todos los que acrediten que han acudido a todos los encuentros de la presente campaña.

Manuel Vizcaíno no duda en aclara el asunto y de paso tranquilizar al cadismo. La sensatez impera en sus palabras.

“Dadas las circunstancias, optaremos porque todos los abonados se considerarán con el abono picado para este partido y cualquier otro que se celebrara a puerta cerrada”, explica el mandatario, que asume la situación con resignación. No queda otra.

De este modo, los seguidores que vienen acudiendo jornada tras jornada a los compromisos en Carranza pueden respirar aliviados. Más allá del revés deportivo que implica la medida extraordinaria de disputar partidos a puerta cerrada, los socios tienen asegurado que la cuestión no afectará a la ilusión de disfrutar de toda una temporada viendo fútbol de Primera de forma gratuita.

Eso sí, ahora falta también que los pupilos de Álvaro Cervera mantengan el tino en lo que resta de competición y sean capaces de acabar la Liga en una de las dos primeras plazas que vienen ocupando desde el arranque.