El Cádiz se examina esta tarde de toda la materia que ha estado estudiando en las últimas semanas desde la llegada a su banquillo de Raúl Agné. El preparador aragonés ya ha saboreado la derrota y la victoria, que es el último aroma que dejó 2012. Esa reacción ante el Atlético Sanluqueño debe tener hoy una prolongación en forma de triunfo si los amarillos quieren salir cuanto antes de la zona de descenso y no despedirse de alcanzar la fase de ascenso, objetivo que ahora mismo se antoja muy complicado.

El examen cadista frente al Almería B en el Estadio de los Juegos Mediterráneos resulta a priori más complicado de lo que parece y lo que reflejan los dos únicos antecedentes contra el filial rojiblanco. Es cierto que el 1-3 de hace dos temporadas y el 0-4 de la pasada pueden provocar un efecto engañoso en cuanto a pensar que es una salida factible. Para nada. Este Almería B que en su momento alcanzó una plaza en Segunda B vía administrativa tiene más experiencia que en sus dos primeras aventuras, ocupa plaza en zona de play-off y es el máximo realizador del grupo IV. Representa el fútbol alegre por estar haciendo las cosas bien con una base de futbolistas que llaman a la puerta del primer equipo; es decir, que por ahora ha logrado la mejor cosecha posible de la mezcla entre formación y resultados.

Para hacer ruido y dar un golpe en la mesa que demuestre algo a los demás conjunto del grupo, el Cádiz acude a la cita almeriense plenamente concentrado para salir airoso y regresar con tres puntos que por primera vez en la temporada harían realidad lo que parece imposible: ganar dos encuentros consecutivos. Agné, con su estilo tan peculiar, no ha guardado el látigo un sólo instante para repetirle a los jugadores que de nada valdrá el esfuerzo y el trabajo bien hecho a la vuelta de las vacaciones si no salen de Almería con los tres puntos en el zurrón. Lo tiene claro y es el mensaje que más veces ha transmitido a su plantilla.

Una plantilla que ha recibido a las cuatro primeras caras nuevas del mercado invernal: Peragón, Calderón, Granell y Josete. Pues bien, el preparador cadista demuestra la necesidad que tiene de savia nueva desde el momento en que a las primeras de cambios -sin ni siquiera haber sido presentado ninguno de ellos- se ha llevado a los cuatro. Además, al menos tres de ellos, Josete, Calderón y Peragón parten con muchas opciones para jugar de inicio. El caso del defensa central zurdo Josete parece claro porque Agné lo ha dejado entrever en los entrenamientos y, además, Bermúdez se ha quedado en Cádiz debido a una lesión en un tendón de Aquiles. Bermúdez estaba siendo titular tanto como central zurdo o lateral izquierdo. Las opciones de Calderón van a depender del estado de Juan Villar, quien ayer superó la prueba definitiva para conocer si ha solventado el esguince de tobillo que sufrió el miércoles. El extremo viaja, aunque no es seguro que vaya a jugar desde el principio, de ahí a las posibilidades de Calderón. Y en cuanto a Peragón, se trata del refuerzo que lleva más tiempo trabajando con la plantilla y parece que puede aportar algo de lo mucho que está faltando en la delantera del equipo. También en algunos ensayos de la semana, Agné situó en su 1-4-4-2 al veterano ariete junto a Pablo Sánchez, lo que enviaría de inicio al banquillo a Belencoso.

En la convocatoria que ayer dio a conocer el técnico al acabar el último entreno antes de viajar a Almería es baja el sancionado Dieguito -un partido por acumulación- y está compuesta por los siguientes jugadores: Aulestia, Bernabé, Moke, Albentosa, Domingo, Josete, Tomás, Calderón, Juan Villar, Indiano, Fall, Viyuela, Granell, Pablo Sánchez, Peragón y Belencoso.

Además de los lesionados Francis -ausente desde la pretemporada-, Bermúdez y Nico Varela, y del sancionado Dieguito, Agné ha dejado en la capital gaditana a Vergara, Garrido, Aitor Núñez, Garretas y Adrián Gallardo, quienes curiosamente son los jugadores que no entran en los planes del club para la segunda mitad de la temporada.