La indignación es manifiesta en el vestuario del Cádiz CF. El equipo tenía el partido ganado contra el Getafe hasta que una vez rebasado el tiempo de prolongación (el árbitro Alejandro Hernández Hernández había extendido el encuentro nada menos que diez minutos), la última jugada, ya en el 101, derivó en un penalti que propició el empate a dos definitivo.

El enfado más mucho allá de los integrantes del club. La afición del Cádiz CF se siente estafada por la actuación del colegiado. Las redes sociales son un hervidero de irritación. El cabreo de la hinchada es monumental. No hay quien entienda que se prolongue tanto tiempo y que además se siga jugando una vez pasados los diez minutos, que ya eran un exceso. Increíble, pero cierto. Lo que le pasa al Cádiz CF no le sucede a otros.

Para colmo, el penalti fuera del tiempo añadido llegó tras un rastro de supuestas irregularidades que no fueron estimadas ni por el árbitro ni desde el VAR. Una falta de David Soria sobre Chris Ramos quedó en el limbo, así como un empujón que recibió Fede San Emeterio, además de un posible fuera de juego de Portu en la jugada del segundo penalti. Todo pasó el filtró arbitral en contra de los intereses del Cádiz CF.

Se jugó más de lo debido, supuestas faltas no señaladas... hasta que el Getafe consiguió el empate cuando el partido debió haber terminado antes de la última jugada. Cómo no va a estar indignado el universo cadista después de dos puntos que volaron de manera extraña.