El cuerpo técnico del primer equipo del Cádiz tiene en mente contar con una plantilla algo recortada en número de efectivos en comparación con lo que permite el reglamento de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para esta categoría. La intención de Raúl Agné, se supone que de acuerdo con Alessandro Gaucci y Antonio Manzano, pasa por tener a sus órdenes a 19 futbolistas, a lo sumo 20, con licencia federativa de la primera plantilla. El tope que señala el reglamento es de 22, con un máximo de 16 mayores de 23 años. En concreto, este es el texto que recoge el artículo 121 del referido reglamento, perteneciente a la Sección 1ª (Disposiciones generales) del Capítulo II (Licencias de futbolistas): "Tratándose de clubes de Segunda B o Tercera División, el número máximo de los futbolistas de su plantilla será de veintidós, de entre los cuales no podrá haber más de dieciséis mayores de 23 años debiendo ser el resto menores de la citada edad, computándose las altas y bajas que se pudieran producir a lo largo de la temporada, de tal forma que la plantilla nunca pueda estar compuesta por más de dieciséis futbolistas mayores de 23 años".

Queda bien claro que no es obligatorio disponer de seis jugadores con licencia sub'23 -un equipo puede competir sin tener ningún futbolista sub'23 en su plantilla- y eso es algo a lo que el Cádiz se agarrará para que el bloque dirigido por Agné se vuelva más reducido de lo habitual.

Sí se ha aprovechado al máximo el cupo de los 16 mayores de 23 años, todos ellos ya contratados: Alejandro (portero); Andrés Sánchez, Ceballos, Fran Pérez, Josete y Belfortti (defensas); Mikel Martins, Gato, Jorge Luque, Perico, Kike Márquez y Nafti (centrocampistas), y Airam, Carlos Álvarez, Juan Villar y Kike López (delanteros).

Al tener ya esos 16 mayores, quedan seis huecos libres para menores de 23 años de los cuales sólo se ha cubierto uno por el momento, en concreto con el lateral izquierdo Tomás, uno de los cinco supervivientes de la anterior temporada junto a Josete, Jorge Luque, Carlos Álvarez y Juan Villar. No existe duda alguna de que dos de las restantes licencias de esas características van a ser empleadas para firmar a los dos últimos refuerzos que el presidente anunciaba durante el acto de presentación de Belfortti. Un guardameta y un lateral derecho serán los dueños de ese par de plazas.

Pero todo apunta a que ahí se puede quedar la cosa, en 19 jugadores. Uno de los principales valores que prefiere Agné en sus pupilos es el de la experiencia y eso minimiza en cierta manera las opciones de los jóvenes. Por ejemplo, la escasez de experiencia tiene toda la pinta de haber tenido muchísimo peso a la hora del descarte del senegalés Fall a pesar de haber recibido algún trofeo reservado al mejor jugador de la pasada temporada.

Queda la posibilidad de que finalmente se pueda producir la llegada del centrocampista brasileño Bruno, el sub'23 del Fluminense que cautivó a Rodri, segundo entrenador del Cádiz, cuando le vio en Polonia. En ese caso, sería casi seguro el 20º integrante del plantel de Segunda B.

La justificación de no cursar más licencias sub'23 se centra en evitar situaciones similares a la acaecida el anterior ejercicio con Garretas, quien se negó a pertenecer al Cádiz B y eso propició que se mantuviera inédito el año entero. Se considera mucho más útil que Agné pueda contar ocasionalmente con los canteranos que destaquen pero que estos puedan regresar a sus equipos cuando no sean convocados por el técnico aragonés.