Alfredo Ortuño · Delantero del Cádiz

"La permanencia es cosa del equipo y de la afición"

  • El murciano, referencia del ataque amarillo, se muestra optimista pese al mal momento y agradece el calor de la grada.

Murcia, 21-1-1991) se ha convertido en sólo mes y medio de competición en la auténtica referencia del ataque del Cádiz. Su despliegue físico y su facilidad para ver puerta, como acreditan cinco goles en ocho encuentros, le han permitido ganarse el favor de la afición, a la que considera decisiva en la consecución del objetivo de la permanencia.

El delantero murciano ha firmado un destacado arranque de temporada que, sin embargo, contrasta con las dudas que genera el equipo a medida que avanzan las jornadas. “Hemos tenido un buen comienzo de Liga, pero ahora, en estos últimos dos partidos, hemos perdido las señas de identidad que nos hicieron alejarnos de los puestos de descenso”, lamenta, aunque advierte que “en esta categoría perder dos partidos seguidos es normal” e incluso pone como ejemplo la situación del Valladolid, “que lleva cinco derrotas consecutivas”. “Perder me jode mucho, así que si en lo personal me siento medio contento, la verdad es que toda la alegría se me quita cuando perdemos con el Oviedo o en Vallecas”, confiesa.

El ex de Zaragoza y Mallorca, entre otros conjuntos, valora de forma positiva el proceso de adaptación a la plantilla y la ciudad. “En ese aspecto me siento muy contento. Ya había coincidido antes con algunos de mis compañeros, como Nico (Hidalgo), Alberto (Cifuentes) ) y Eddy (Silvestre), pero con los que nunca había tenido trato todo va muy bien”, explica, revelando, en relación a la Tacita de Plata, que “soy de secano y estar al lado de la playa, dar paseos algunas tardes, es algo que me encanta”.

Preguntado por el cambio del  amarillo de Las Palmas al amarillo del Cádiz, el paso de Primera a Segunda, el ariete, que coincide en la obviedad de que “la equipación es parecida, por no decir igual”, razona que “allí, en Las Palmas, en Primera, no tenía sitio. Tampoco el club apostó por mí. Por eso tomé esta decisión, porque quiero disfrutar jugando al fútbol y, si es posible, hacer felices a los aficionados”.

Como era de suponer, en ningún momento niega que su estrecha relación con Quique Pina haya resultado fundamental para su llegada al Cádiz. “Es la segunda vez que él y Juan Carlos Cordero me firman, porque ya lo hicieron en Granada. Sinceramente, que Quique Pina esté aquí es el empujón que me hacía falta. Además, también tuve muy en cuenta la historia del Cádiz, el ambiente de Carranza…”.

Todo eso, claro está, y la posibilidad de no repetir un año como el último, con una campaña en la que estuvo cedido en el Zaragoza y en el Mallorca. “La verdad es que llevo varias temporadas cambiando de aires en invierno y es una situación que se hace difícil. Este año buscaba la estabilidad de saber que voy a seguir hasta el verano pase lo que pase. Lo del curso pasado no fue normal, ocurrió por una circunstancia concreta de inestabilidad en el Zaragoza, cuando en Navidad cambió la directiva y con ello la situación de los jugadores que estábamos cedidos”, apunta.

Tranquilidad, por lo tanto, es lo que le han garantizado de algún modo Pina y Cordero en su apuesta por el Cádiz. “Quique y Juan Carlos nos dan estabilidad. Con ellos evitas tener otras distracciones y puedes centrarte en el fútbol, que al fin y al cabo es lo único que debe preocuparnos”, afirma, eludiendo marcarse objetivos a largo plazo, o al menos reflexionar sobre ellos en voz alta. “No me he puesto fechas para los objetivos. Sé cuál es mi objetivo, pero no tengo prisas ni ansias. En realidad mi objetivo en el día a día es disfrutar, ser feliz en los entrenamientos y en los partidos, en Carranza...”, asegura.

Después del tramo inicial de Liga, las magníficas prestaciones de Ortuño han quedado fuera de toda duda. De hecho, es el único delantero que parece fijo e indiscutible en las alineaciones de Álvaro Cervera, que sólo dejó de contar con él en el choque de la segunda ronda de la Copa del Rey disputado contra el Levante. “Está claro que el míster apuesta fuerte por mí. Incluso llevo varias jornadas sin marcar y sigo ahí. Se lo agradezco. Espero ayudar pronto con goles y trabajo para conseguir victorias”, comenta.

Aunque es consciente de que lo políticamente correcto es hablar siempre del grupo, del bloque, evitar cualquier pronunciamiento individual, reconoce que de sus nuevos compañeros se compenetra especialmente bien con uno en concreto. “Con Álvaro (García) me entiendo muy bien. Ya son varias las asistencias entre uno y otro. Me lee muy bien y yo a él también. Intuyo sin problemas sus acciones y a él le pasa lo mismo. Para el poco tiempo que llevamos juntos todo va muy bien en ese sentido”, resume, refiriéndose a los demás jugadores de la línea de ataque en similares términos. “No me atrevería a decir que rivalizo con ellos. No sería la palabra adecuada. Más bien creo que compito, lo hago con Dani (Güiza), Rubén (Cruz) y Gorka (Santamaría), y los tres son delanteros con los que me compenetro. El día del Numancia jugamos juntos Dani  y yo y tuvimos varias oportunidades que, con un poco más de suerte, nos habrían permitido solucionar el partido mucho antes”, recuerda.

Para concluir, el murciano habla de la afición, “un espectáculo”. Normal, no es habitual ver “un estadio de Segunda con 15.000 ó 16.000 personas y todo el tiempo animando, a las buenas y a las malas”. Y, agradecido al calor que transmite la grada, lanza un mensaje: “Que estén con el equipo, que le vamos a devolver todo lo que nos dan. Que nos ayuden porque esto es cosa de dos”.

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